Vitoria. El alcalde de Vitoria ya da por hecho que la vieja sede del Banco de España volverá a manos municipales, pero el PNV va a obligar al partido de Javier Maroto en Madrid a demostrar si tras tanta promesa oficiosa hay una voluntad oficial. El grupo parlamentario nacionalista ha registrado una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados por la que solicita que el Gobierno de Rajoy ceda el edificio a Gasteiz. Y, además, pide que esa devolución incluya la inversión de 5,7 millones de euros prevista en los Presupuestos del Estado para este inmueble, de forma que el Consistorio pueda acometer las obras precisas para convertirlo en equipamiento cultural.
El PNV va a buscar aliados en todos los partidos para sacar adelante su iniciativa, aunque la complicidad que más le interesa es la del PP y, en concreto, la de Alfonso Alonso, ex alcalde vitoriano y actual portavoz del grupo parlamentario popular. Otra cuestión es que su plan fructifique. Maroto aseguró ayer que para hacerse con el edificio es inevitable renunciar a los 5,7 millones, porque esta inversión pretendía convertir el inmueble en oficinas de la Administración. "Y si el Ministerio adjudicaba las obras, se habría acabado el asunto. Sin embargo, así Vitoria no ha perdido la batalla", subrayó. Los jeltzales, por contra, afirman que no está especificada la finalidad de la consignación. Y, por eso, creen que la decisión del alcalde de desistir del dinero supone "defender muy mal los intereses de la ciudad".
Son palabras del portavoz del PNV en el Ayuntamiento de Vitoria, Gorka Urtaran, quien compareció ayer junto al diputado nacionalista Emilio Olabarria para presentar su iniciativa, sustentada en la Ley del Patrimonio de las Administraciones públicas. Además, el representante jeltzale en Madrid advirtió de que la retirada de los 5,7 millones no se puede hacer de palabra. Según explicó, "el PP tendría que autoenmendarse los Presupuestos para reducir créditos de compromiso". Y, si lo hiciera, Olabarria vería en la acción de los populares "una agresión al desarrollo cultural de Vitoria". Por eso, la proposición no de ley del PNV va a incluir sí o sí la exigencia de contar con esa consignación para rehabilitar el edificio. Un requisito que pone en bandeja el desacuerdo político.
En cualquier caso, con o sin 5,7 millones, en lo que todos los partidos del Ayuntamiento coinciden es en la necesidad de convertir el edificio en un equipamiento cultural. Al PNV le gustaría dar forma allí al Gasteiz Antzokia y, aunque el gabinete Maroto se ha decantado por materializar este proyecto en los viejos Cines Guridi, los nacionalistas todavía no dan por perdida la batalla. Urtaran recordó que en la elección de Maroto existen inconvenientes técnicos, por el hecho de invertir dinero municipal en una propiedad privada. No obstante, tanto el portavoz municipal como Olabarria se mostraron abiertos a dotar de otros contenidos al Banco de España. Eso sí, siempre y cuando sean culturales.