Vitoria. Los vecinos de la zona rural llevan años sintiéndose vitorianos de segunda. Y ahora, la frustración se ha convertido en desesperación. El proyecto presupuestario confeccionado por el gabinete Maroto les deja "fuera de juego, sin ninguna posibilidad de subsistir económicamente". Han desaparecido de un plumazo todas las partidas que se destinaban desde el Consistorio a fosas sépticas, toponimia, juegos infantiles, centros sociales, gasificación y fiestas, así como los convenios con la asociación de concejos. Y tras dos ejercicios en los que no se ha ejecutado ni un euro del dinero reservado para obras en los pueblos y mejora paisajística, la cantidad con la que contarán esta vez suena a chiste.
"Son unas Cuentas nefastas e insultantes. Se habla mucho de lo verde, pero el PP ha eliminado del mapa el corazón de la Green Capital", denuncia con vehemencia la presidenta de la asociación de concejos de Vitoria, Miren Fernández de Landa. De todos los recortes aplicados por el gabinete Maroto, el que afecta a su entidad resulta especialmente sangrante. Acovi se queda sin dinero para pagar a su administrativo, una figura que resulta "imprescindible" en la relación económica y jurídica de la zona rural con el Ayuntamiento. Y, como puntilla al machetazo, pierde el convenio con el que organizaba la única actividad cultural de la zona rural, los talleres de manualidades.
Las partidas que el gabinete Maroto no contempla en su proyecto presupuestario suponían para los concejos una inyección anual de entre 840.000 euros y 1,3 millones -según ejercicios-. Y para colmo. era el único dinero que en los últimos tiempos se había materializado en algo tangible, porque desde hace dos años el presupuesto municipal destinado a obras de infraestructura, a actuaciones a determinar por los concejos y a la mejora paisajística no se ha ejecutado. "Así que, ¿qué podemos esperar ahora de estas tres partidas?", se pregunta Fernández de Landa.
El equipo de gobierno ha reservado 500.000 euros para reformas de los pueblos -misma cantidad que en 2010 y 2011-, 150.000 para que los vecinos de los concejos decidan -el presupuesto participativo de Vía Pública- y 80.000 a mejora paisajística. Total: 730.000 euros. "Ojalá que esta vez se ejecute ese dinero, pero arrastramos ya un gran retraso. Y además las necesidades de la zona rural no se limitan a estas partidas", advierte la presidenta de Acovi, quien se pregunta cómo es posible que Maroto esté dispuesto "a cargarse de un plumazo el gran patrimonio natural del municipio de Vitoria, una zona rural que lo hace especialmente singular".
Ni siquiera la cuantía que este año el gabinete Maroto quiere destinar a impulsar un proyecto piloto de transporte a demanda en los pueblos del municipio anima a Fernández de Landa. Según explica, tras esos 200.000 euros que se aprobaron ayer en el Consejo de Tuvisa hay trampa. "Es un caramelo envenenado, porque si el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía no concede la subvención, la iniciativa morirá", asegura la presidenta de Acovi. ¿Y no hay plenas garantías de que esa ayuda va a llegar, dado que ya se ha dado luz verde a la partida desde la sociedad publica? La respuesta es desalentadora. "No".
Las comparaciones son odiosas, pero a los concejos les resulta inevitable hacerlas. Ver cómo el gabinete Maroto pretende volver a levantar la Avenida de Gasteiz para dar forma al Anillo Verde Interior cuando el green se descompone les pone de los nervios. "La reforma que se proyecta allí es muy bonita, indudablemente, pero en plena crisis no es razonable que el Ayuntamiento se gaste un pastón en hacer pirámides mientras abandona a los viejos barrios o a los concejos a su suerte", reprocha Fernández de Landa.
La acción del gobierno exige reacción. Acovi ya se ha reunido con Bildu y el PNV, de quienes ha obtenido un compromiso de apoyo a la zona rural. Hoy celebrará un encuentro con el PSE. Y para la próxima semana ha convocado una asamblea extraordinaria donde abordar la situación y decidir medidas. "Todos los concejos están preocupados e indignados. No éramos prácticamente nadie y ahora estamos abocados a desaparecer. Maroto debe reconocer que ha cometido un error y rectificar", opina Fernández de Landa. El aludido, por cierto, aún no ha contactado con ellos para explicarles el motivo de la estocada. Un silencio que, sin decir nada, lo dice todo.