Vitoria. El padrón de Vitoria sigue la tendencia ascendente, con 2.718 personas más en 2012. La ciudad recupera así su habitual tasa de crecimiento anual, que ronda el 1%. Y lo hace gracias al saldo migratorio, ya que el 16% de los nacimientos que se producen en Txagorritxu son de padres de nacionalidad extranjera, y seis de cada diez nuevos vecinos también proceden de fuera. Los datos del censo dejan una foto de 243.298 vecinos a 1 de enero de 2012. La edad media: 42,1 años.

A pesar de esta tendencia al alza, la mayoría de los barrios de Gasteiz pierde población, salvo Lakua, Salburua y Zabalgana -Abetxuko también gana tres vecinos-, debido a que en 2011 todavía han seguido adjudicándose viviendas de protección oficial en los nuevos sectores construidos. En Salburua residen a día de hoy 11.596 personas y en Zabalgana, que ya es el tercer barrio más poblado de Gasteiz, 16.973. Entre ambos superan ya a Lakua-Arriaga y Lakua-Sansomendi, que a día de hoy siguen siendo los más populosos.

Esta tendencia a la expansión geográfica que ha marcado el crecimiento de Vitoria durante las últimas décadas es precisamente la que ahora se quiere invertir. El Ayuntamiento ya ha anunciado que la redacción del nuevo Plan General se basará en el crecimiento interior, esto es, en la rehabilitación de los barrios más antiguos, para que resulten atractivos a las nuevas generaciones y así evitar la desertización de la zona centro. Y es que, la diferencia entre nacimientos y defunciones ya revela que las calles de los distritos de siempre se vacían, año a año, en favor de los barrios de la periferia. Zaramaga, Txagorritxu y Coronación son los que más sufrieron en 2011 esta pérdida de residentes, seguidos de San Cristóbal, San Martín y Ensanche.

Envejecimiento Vitoria se convierte a pasos agigantados en una ciudad envejecida. Prueba de ellos es que la tasa de vejez alcanza ya el 18% de la población, lo que significa que dos de cada diez mujeres, por ejemplo, ya han superado la barrera de los 64 años.

A su vez, las familias cada vez son más pequeñas, esto es, están compuestas por un número inferior de miembros, y por adultos. De hecho, tres de cada diez familias son unipersonales en la capital alavesa. Un porcentaje que se acentúa en Salburua y Zabalgana, y también en el Casco Viejo. Los datos del padrón también revelan que las familias con hijos han dejado de ser mayoría en Vitoria, y que hay más hogares con algún miembro mayor de 65 años que con algún menor de edad.

Ambos factores (envejecimiento y familias de un solo miembro) presentan una nueva radiografía de la ciudad a la que deberán prestar especial atención las administraciones a la hora de fijar las prioridades de sus políticas. El hecho de que la edad media de los vitorianos sea de 42 años significa que en dos o tres décadas, la población mayor será la que más número de servicios demande.

Y eso conlleva sentar las bases desde ahora de una estructura asistencial que dé cobertura a la población mayor, para que no se repitan errores del pasado como el de la falta de previsión en materia de vivienda de los años 90, que retrasó la emancipación de una generación completa de jóvenes.