Vitoria. El soterramiento del tren a su paso por Vitoria parece haber perdido la categoría de proyecto para convertirse en una ilusión llena de dudas. Se hace difícil creer que, tras tanto silencio y en plena crisis, el Estado esté dispuesto a financiar una operación multimillonaria basada en el negocio inmobiliario del espacio donde ahora hay vías. Y aunque hasta ahora el Ayuntamiento gasteiztarra ha optado por un discurso que garantiza la ejecución de la obra, ayer la Diputación reconoció públicamente sus dudas. En una comparecencia ante los grupos junteros, la titular foral de Obras Públicas y Transportes, Alicia Ruiz de Infante, dijo que quizá las opciones sean posponer la obra o no realizarla.

La intención de Ruiz de Infante es reunirse con Fomento para "examinar su disposición". Y a raíz de esta cita, "tendremos que analizar en qué situación estamos, si hay que hacerlo en otros tramos o si hay que aplazar su ejecución". Son palabras que avivan la hoguera de las dudas, más aún después de haberse sabido que en el encuentro mantenido entre el consejero vasco de Transportes y la ministra del ramo no se habló en ningún momento del soterramiento.

En esta tesitura, resulta incluso irónico que de forma paralela exista un debate sobre la capacidad intermodal de la estación de autobuses que el gabinete Maroto ha planteado en la plaza Euskaltzaindia para tapar el agujero del BAI Center. A preguntas del PNV, la diputada de Transportes tuvo que dar explicaciones sobre el informe foral de noviembre que decía que la nueva ubicación escogida es peor que la de Arriaga porque impide la interacción directa con la terminal de tren -la que se construiría en Juan de Garay si hubiera soterramiento-, aumenta los tiempos de viaje y hace más difícil el tránsito. Ruiz de Infante reconoció que el equipo de gobierno municipal debería de haber comunicado a la Diputación su idea para tomar una decisión técnica consensuada, pero restó importancia a los inconvenientes reflejados por aquel estudio.

La diputada aseguró, de acuerdo a un estudio de Trakteplan, con las dos nuevas infraestructuras en la zona de Arriaga el trasvase de viajeros de la estación de bus a la de tren -y viceversa- habría sido anecdótico. Además, aseguró que el soterramiento conllevará la conversión de América Latina y bulevar de Euskal Herria "en una zona amable, de paseo y conectividad", lo que minimizará el resto de perjuicios detectados.

¿Pero y si no hay soterramiento? Esa es la pregunta que se hizo el juntero jeltzale Luis Zarrabeitia, quien conminó a abrir una reflexión sobre los proyectos relacionados con la movilidad para ejecutarlos en el momento que sea preciso. Tal vez, dijo, no sea este. "Y con las dudas que hay sobre el soterramiento, quizá el diseño de la terminal deba ser otro".

Los socialistas plantearon si es necesario hablar de intermodalidad cuando no hay soterramiento y desde Bildu aseguraron que este proyecto no se va a hacer realidad. Al menos, matizaron, "a corto plazo".