Vitoria. Prosigue el tijeretazo en la masa salarial del Ayuntamiento de Vitoria. Tras aplicar recortes en distintos pluses de los funcionarios, ahora el alcalde ha decidido acabar con las sustituciones de hasta quince días que se realizaban a través de las personas que forman parte de la bolsa de trabajo del Consistorio. El comité de empresa y la oposición política arremetieron ayer duramente contra la decisión de Javier Maroto, impuesta de forma unilateral a través de una directiva. Según alertaron, la eliminación de todas estas suplencias destruirá empleo, ampliará la carga de la actual plantilla y, en consecuencia, mermará la calidad de los servicios municipales.
En su defensa, el equipo de gobierno alegó que la medida sólo afectará a labores administrativas. No es ésa la interpretación que los representantes de los trabajadores y los grupos de la oposición hacen del decreto de Alcaldía. Según alertaron, la supresión de las sustituciones va a afectar "fundamentalmente a la atención de los más pequeños en las escuelas infantiles, a los mayores en las residencias, a los centros cívicos, a la limpieza de las escuelas...". Y, además, el comité de empresa del Ayuntamiento está seguro de que esta medida acabará suponiendo "el cierre puntual de alguna instalación municipal" por falta de empleados.
Los ciudadanos serán, a ojos de los detractores de la directiva de Maroto, afectados indirectos por la eliminación de las suplencias. Los directos, la propia plantilla municipal. Si no se cubren las ausencias justificadas, aumentará la carga de trabajo de los funcionarios en su puesto. Y, lo que es peor, las personas que ahora vivían de las sustituciones dentro de la bolsa de trabajo del Ayuntamiento perderán oportunidades laborales. "Con esta decisión, el PP contribuye a que el desempleo siga creciendo, marginando a los integrantes de las listas de contratación que se han puesto a disposición del Ayuntamiento aceptando ofertas de contratos temporales", advirtieron los representantes sindicales.
El PNV está con ellos. "Hay que establecer prioridades. Y ahorrarse un dinero no puede estar por encima de una prestación de servicios con calidad", subrayó el concejal jeltzale Iñaki Prusilla, quien lamentó las formas del alcalde. No consensuó la medida con los grupos municipales ni con el comité. La directiva apareció colgada en la intranet municipal el pasado viernes, y así es como unos y otros descubrieron la tijera. "Tan preocupado que dice estar por alcanzar acuerdos, y actúa a su aire", criticó el edil en alusión a Maroto.
Los mismos reproches suenan desde las filas de Bildu, primer grupo en destapar públicamente el decreto de alcaldía. El portavoz, Kike Fernández de Pinedo, insistió en que "rebajar las sustituciones implica ampliar la carga de trabajo de la plantilla y, por tanto, mermar la calidad de los servicios públicos". Una cadena de acontecimientos que, a su juicio, el Ayuntamiento no se puede permitir en plena crisis. "En un momento en el que se nos llena la boca hablando de la necesidad de crear empleo, esta decisión supone destruirlo", aseguró. Por eso, mostró su respaldo a las reivindicaciones del comité. Un apoyo al que también se sumó el PSE, pese a su crítica relación con los sindicatos durante la legislatura de Patxi Lazcoz. En su favor, señaló que "una cosa es controlar costes del personal y otra muy distinta elaborar una directiva tan profusa que afecta a la prestación de servicios".
La unión hace la fuerza en los conflictos, aunque el PNV cree que el alcalde acabará reculando haya o no presión sindical y política. "En algunos planteamientos no le va a quedar más remedio que dar marcha atrás. La realidad le va a obligar a hacerlo", auguró Prusilla. Es lo que también esperan los representantes de los trabajadores, quienes lamentan que Maroto haya "incluso empeorado la directiva que en su día dictó su compañero de partido y entonces alcalde, Alfonso Alonso".
El decreto no hace referencia a los ámbitos que se verían afectados por la supresión de las sustituciones, pero sí es muy explícito con las situaciones en las que ya no se cubrirán las bajas. Destacan las licencias por vacaciones, por enfermedad o accidente con una duración igual o inferior a quince días, por paternidad, por muerte o enfermedad grave de un familiar, por asistencia a cursos, por reducciones de jornada, para acudir a tratamientos médicos o por pruebas de promoción interna.