Vitoria. Estupefactos se quedaron ayer los concejales del PP al verse obligados a convocar una segunda comisión extraordinaria de Urbanismo para dar luz verde al inicio de las obras de las oficinas municipales de San Martín, que arrancarán en diciembre. Una cuestión de trámite -modificar el Plan General respecto a los aprovechamientos de las parcelas de equipamientos de la ciudad- derivó en un tenso debate al toparse con el rechazo de PSE y Bildu y desencadenó la primera trifulca en torno a la revisión del PGOU, un asunto en el que hasta ahora los partidos iban de la mano.

La sorpresa saltó a las once de la mañana. El gobierno del PP, con mayoría en la sala, quiso aprobar la urgencia del procedimiento, pero a la hora de izar la mano, uno de sus ediles se ausentó un momento y los populares perdieron la votación. El revuelo inicial dio paso a una segunda comisión y a la media hora, todos los concejales, ahora sí, tomaron de nuevo asiento. Idoia Garmendia excusó su ausencia anterior alegando que atendía una llamada y reprochó a sus compañeros de Corporación que no esperasen un par de minutos para votar.

Mientras, socialistas y Bildu justificaron su negativa a la modificación del Plan General por la premura de la convocatoria, las dudas que en ambos partidos genera el expediente y el temor a los efectos colaterales: procesos especulativos con los aprovechamientos de las parcelas y el dominio de los intereses privados de las empresas sobre los públicos. "No entiendo por qué tenemos que aprobar con urgencia un informe fechado el 14 julio que, además, nos provoca dudas y da pie a otras modificaciones del planeamiento de la ciudad", censuró el concejal de Bildu, Antxon Belakortu. En la misma línea se pronunció el portavoz socialista, Patxi Lazcoz, al alertar sobre los nuevos aprovechamientos urbanísticos que se generarán en todos los solares destinados a equipamientos en Vitoria. "Hágase una modificación puntual para el tema de las oficinas municipales y trátese el resto en la mesa de revisión del Plan General de forma más reflexiva".

Sin embargo, la propuesta de dejar el asunto una semana sobre la mesa no prosperó. El responsable de Urbanismo, Miguel Garnica, defendió la medida porque "nos ofrece seguridad jurídica, al revés de lo que ustedes dicen". Y el PNV respaldó la iniciativa. "Es importante para poder desarrollar el nuevo Ayuntamiento y para dar salida a la demanda de garajes que existe en la zona", argumentó el portavoz jeltzale, Gorka Urtaran.

Finalmente, la propuesta del gobierno salió adelante por 7 a 6 en un debate donde la modificación del planeamiento urbanístico provocó fricciones y la anécdota se convirtió en noticia.