EL debate en torno a las dos contrataciones de Gilsa no ha acabado. A pesar de que el alcalde, Javier Maroto, ya anunció que había anulado esos nombramientos, desde el PNV no se han dado por satisfechos con las explicaciones del primer edil. Ni mucho menos. Por ello, la formación jeltzale presentará una batería de preguntas al primer edil, como responsable de esta sociedad encargada de los polígonos industriales de Vitoria, para intentar eliminar "cualquier resquicio de duda" sobre esta operación.
Tanto el PNV como Bildu exigieron una comisión extraordinaria de la sociedad para aclarar diversas cuestiones sobre estas contrataciones. Sin embargo, dado que no ha habido novedad, el grupo jeltzale ya ha preparado una serie de preguntas que planteará en el próximo consejo ordinario de la sociedad -en principio el próximo 3 de noviembre-, salvo que finalmente se convoque antes esa cita extraordinaria.
En estas preguntas, según ha podido saber este rotativo, el concejal Borja Belandia quiere conocer por qué se llevaron a cabo estas dos contrataciones, quién decidió poner en marcha este proceso, por qué no se informó de él al Consejo de Administración y qué documentos se elaboraron al respecto. Además, el edil jeltzale también quiere saber quién decidió externalizar el proceso de selección, a cuántas empresas se les ofreció participar en él y qué coste supuso. En total, son 34 preguntas con las que el PNV quiere aclarar un caso que, según denuncia, ha generado dudas.
La polémica en torno a estos dos fichajes de Gilsa surgió el pasado 5 de octubre. Bildu denunció que este refuerzo de la sociedad -el PP lo ve clave para promover empleo- se había hecho a través de un "oscuro proceso de selección". La clave es que estas contrataciones se habían hecho a través de una empresa privada, sin el visto bueno del Consejo de Administración de la sociedad. Desde el equipo de gobierno, mientras, se defendió que el proceso se había publicitado en varios medios de comunicación y que no era necesario que los nombramientos pasaran por el Consejo de Administración donde, por otro lado, el PP tiene mayoría. La oposición, en bloque, criticó los métodos del equipo de gobierno.
Maroto, unos días después, anunció que frenaba las dos contrataciones a pesar de que tenía razón -presentó para ello un informe del letrado del Consistorio- en aras del consenso. Pero eso no contentó a la oposición, que insistió en que estos contratos se habían hecho a dedo y exigió la comparecencia del alcalde en comisión. En aquella cita, que tuvo lugar el pasado día 13, el primer edil aseguró que el proceso no tendría coste para las arcas municipales porque las trabajadoras aún no habían firmado sus contratos y porque habían renunciado a pedir indemnizaciones.
Con todo, el PNV cree que aún incógnitas por resolver en este asunto. Por ello, quiere volver a la carga y presentar nuevas preguntas con las que arrojar luz sobre el proceso de Gilsa. Maroto tendrá una nueva oportunidad para intentar convencer a la oposición.