Vitoria. El vitoriano Eduardo Alsasua García tiene su propio taller de pintura en la calle Olaguíbel, 53. Conocía Muralia, el concurso organizado por el Ayuntamiento de Vitoria para decorar locales vacíos, pero nunca pensó que podría ganarlo. "Antes creo que estaba más pensado para graffiteros, pero esta vez cambiaron las bases y vi que mis características encajaban", recuerda. Y así ha sido. García se ha impuesto en la edición de 2011 de Muralia con su trabajo expuesto en la calle San Antonio, número 20, que simula -y por el resultado, con mucho acierto- en el escaparate una tienda de moda. Él mismo lo denomina un "trampantojo" de comercio.
Que se reabra el negocio en el que expone su mural, ¿sería una buena o una mala noticia para usted?
(Se piensa la respuesta unos segundos). A mí me ayudaría que siguiera más tiempo expuesto, pero la función de Muralia es publicitar el local, dar movimiento al comercio.
Que se alquilara el local, por tanto, sería una buena señal...
Creo que la obra habría conseguido dar visibilidad al local. Y tal y como están de difíciles las cosas ahora mismo...
Por cierto, ser finalista se pagaba con 900 euros, pero ser el ganador le otorga otros 1.000 euros.
Sí, no está nada mal. Al principio prácticamente se cubre el trabajo, los materiales y la instalación de la obra. Porque hay que hacer una labor de limpieza importante del escaparate. Pero, en mi caso, la mayor dificultad era el trabajo pictórico. Estuve trabajando de sol a sol en el estudio para prepararlo. Además, el reto era que no sabía qué espacio me iba a tocar.
¿Se alegró cuando le tocó exponer en San Antonio? Fue el único de esta edición en esta calle...
Sí, porque es un sitio muy céntrico, aunque igual la calle Gorbea [la mayoría de las obras de este año se han expuesto en Gorbea] tiene más movimiento comercial...
¿Hizo el recorrido de Muralia para ver el trabajo de sus competidores?
Sí. Incluso pillé a muchos trabajando en el mural. Nunca me hice ilusiones de ganar, pero me quedé contento con el resultado. Mis amigos y familiares me comentaban que tenía posibilidades. Yo sólo sabía que me había ajustado a las bases, porque parecía que buscaban crear un trampantojo de escaparate.
¿Cuántas personas que pasen junto al escaparate cree que pensarán que se ha abierto un nuevo comercio?
Pues hablé con el dueño del local y me comentó que le había llamado gente preguntándole si ya había alquilado el local. Parece que el mural ha generado expectación.
Los cambios de esta edición, que obligaba a colocar el mural por dentro del local y no a pintarlo por encima, parecen haber 'confundido' a muchos curiosos...
Sí. Antes era un concurso más pensado para el graffiti, pero igual resultaba más difícil quitarlo después. Ahora el Ayuntamiento pedía que la obra se colocara por dentro. Y lo bueno es que, si el local vuelve a ocuparse, el Consistorio podría conservar el mural.