Vitoria. Subir la tasa de basuras y vincularla tanto al número de metros cuadrados de la vivienda como al consumo de agua. Ésa es la propuesta del gabinete Maroto para las ordenanzas de 2012 de Vitoria. Este controlado aumento de la presión fiscal, que se concentraría en las casas y negocios como bancos y grandes superficies -pero no en el pequeño comercio-, permitiría al equipo de gobierno congelar el resto de los impuestos y tasas. Eso si la medida logra los apoyos suficientes en la Casa Consistorial algo que, tal y como ahora está propuesto, no parece tener luz verde.

El concejal de Hacienda, el popular Manu Uriarte, puso ayer sobre la mesa la propuesta del Ejecutivo local para modificar las ordenanzas fiscales. Ahora, los grupos municipales tienen hasta el próximo 2 de noviembre para presentar posibles cambios, que serían debatidos ya el día 4. Tal y como ahora está propuesto el borrador, este incremento de la tasa de basuras permitiría cubrir el 51% del coste del servicio -ahora es el 46%- y recaudar entre 2,5 y 3 millones más. El gabinete pretende destinar esos ingresos a políticas de empleo.

La tasa de basuras pasaría de los 46,52 euros que abona una vivienda de hasta 120 metros cuadrados a pagar un extra en función de su consumo de agua en el año anterior. Si el contador revela un gasto de entre 0 y 5 metros cúbicos, abonaría otros 15 euros; si se queda entre 6 y 10, sería de 20 euros; en caso de llegar a entre11 y 30, la factura se encarecería 30 euros; si se queda entre 31 y 50 -el PSE veía difícil que no fuera así-, pagará 40 más; y si, finalmente, el consumo de agua es de más de 51 metros cúbicos, el extra llegaría a 45 euros.

El alcalde, Javier Maroto, ya adelantó el pasado 14 de octubre las claves de esta idea: el Ayuntamiento únicamente aumentaría los precios del agua y la OTA, dos medidas ya acordadas en la anterior legislatura, y concentraría la subida en la tasa de basuras. Maroto defendió que así cumplía su compromiso electoral de congelar la mayoría de los impuestos y ordenanzas -en concreto, el "98%" de ellos no variarán- para no aumentar la presión fiscal a las familias ante la actual crisis económica. Pero la oposición criticó ayer que, con este paso, lo está haciendo, aunque de forma velada. Desde Bildu incluso vieron la medida como una "subida encubierta" del Impuesto de Bienes Inmuebles.

Las dudas de la oposición se centran en torno a la novedosa fórmula del agua en los cálculos de la basura. Hasta 1994, esta tasa de recogida giraba en torno a los datos de Amvisa, pero después pasó a depender de la superficie de cada vivienda. Ahora se optaría por un sistema mixto, que cobraría a las casas un fijo en función de sus metros cuadrados y otro variable que dependería de su consumo de agua. El objetivo así es no penalizar a aquellas personas que generen menos residuos sólo por vivir en un domicilio del mismo tamaño que, por ejemplo, una familia. Aunque tampoco asegura que, controlando el gasto del líquido elemento, se acierte al cifrar la generación de basuras. El propio Uriarte reconoció que no se trata de un sistema que carezca de inconvenientes, pero sí insistió en que es más preciso que el actual.

Beneficia al pequeño comercio El coste del servicio, según destacó el edil, seguiría siendo más bajo que el de otras ciudades del entorno como Donostia, Bilbao o Logroño. Y, además, se mantendría el sistema de bonificaciones. En cuanto a cómo afectaría la medida a las empresas, el gabinete Maroto apuesta por congelar la tasa de los pequeños comercios y, por tanto, por concentrar la subida en negocios como bancos o grandes superficies.

La medida, en cualquier caso, está abierta al debate. Al PP no le queda otra, ya que encabeza un Gobierno en minoría que necesita apoyos para introducir estos cambios. La clave, por lo visto ayer en la comisión municipal de Hacienda, estará en saber si el equipo de gobierno puede introducir cambios en las tasas en función del nivel de renta, una "progresividad" a la que hicieron referencia tanto el PSE como Bildu. El PNV, de forma tajante, consideró que la fórmula del agua es "incorrecta". Uriarte, por su parte, admitió que el tiempo corre en contra del Consistorio, pero dejó todas las puertas abiertas para que esta propuesta no acabe, al final, en la basura.