Vitoria. Javier Maroto desembarcó en el Ayuntamiento con un pesado paquete de recortes presupuestarios. Los cifró en diez millones de euros, y afirmó que eran vitales "para tapar el agujero" que el PSE había dejado en los bolsillos municipales. Hubo polémica, porque según los partidos de la oposición, la tijera había cruzado las líneas rojas en materia social. Por ejemplo, al eliminarse los 900.000 euros de ayudas para la compra de libros de texto. El nuevo Ejecutivo se justificó: recordó que Educación no es una competencia municipal y que las familias aún contaban con las subvenciones de la Diputación y el Gobierno Vasco. Doce días después de aquel anuncio, el nuevo alcalde desviaba el dinero de esa partida a pagar corridas de toros y una sentencia perdida por el Consistorio.

27 de julio de 2011. Es la fecha de los dos decretos de Alcaldía firmados por Maroto para dar un nuevo uso a la partida, decisión desvelada ayer por el grupo municipal Bildu. En uno de ellos, el alcalde autorizó tranferir 250.000 euros del programa de ayudas a la adquisición de los libros de texto -más 100.000 de una partida de publicaciones y publicidad- para terminar de pagar los espectáculos taurinos. Al parecer, habían sido mal presupuestados. En el otro, consintió usar el resto de la cuantía de los libros para cumplir una sentencia. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco había condenado al Consistorio a abonar 556.283,10 euros al dueño de una finca de Olarizu expropiada con una tasación injusta. Una cifra a la que había que añadir otros 92.122 euros por intereses de demora. El fallo era de 2010, pero las Cuentas de 2011 no habían incluido ninguna partida para satisfacerlo.

El edil de Bildu Antxon Belakortu no desveló las transferencias en rueda de prensa. Lo hizo en la Comisión de Hacienda, frente al concejal delegado del área, con el propósito de exigir explicaciones. No las obtuvo, pero el silencio del PP hizo más fuerte al concejal abertzale. Alimentó su indignación. "El equipo de gobierno ha movido sin rubor la línea roja en materia social, que dijo que nunca iba a traspasar, y encima para pagar gintonics en el burladero con el dinero de los libros de texto", censuró. También lamentó la transferencia de los otros 648.405,10 euros para pagar la sentencia. "Y es que encima somos tan chulos que además de perder el juicio, hemos abonado la sanción tarde, con intereses", reprochó el edil.

El resto de los grupos municipales de la oposición no tardó en hacerse eco de la noticia desvelada por Bildu. Desde las filas del PNV, el concejal Borja Belandia mostró su rechazo a los decretos de Alcaldía. "Nuestra valoración es negativa, pero no tanto por la aplicación en sí, porque estaba claro que los recortes del PP eran para usar los fondos en otras cosas, sino porque se mete la tijera en elementos básicos como Educación mientras se aprovecha el dinero en el gasto de un evento que no es prioritario y, para colmo, que ha vuelto a ser deficitario", denunció el edil. Además, a los jeltzales les costaba creerse que el primer edil hubiera sido "tan poco hábil" al aprovechar una partida tan sensible y que tanta polémica había generado para las corridas y la sentencia.

Mientras el PNV trataba de digerir la noticia, el PSE ponía el grito en el cielo. "Las ayudas para la adquisición de libros de texto son sagradas. Por eso es inadmisible que un dinero destinado a la educación de nuestros hijos e hijas se desvíe a la feria taurina o a pagar las consecuencias de una mala gestión del PP", criticó la edil Marian Gutiérrez. Alguien debía recordar que este capítulo judicial tiene su origen en las tasaciones de terrenos privados realizadas durante el gobierno de Alfonso Alonso a propósito del proyecto del jardín botánico de Olarizu. Y ese alguien tenían que ser los socialistas.

Gutiérrez consideró, además, que en la actual situación económica, en la que "todo apoyo a las familias es poco", todavía resulta más grave la decisión del alcalde. Por eso, el PSE defenderá aún con más fuerza la moción que va a presentar en el próximo Pleno con la intención de recuperar las subvenciones. "Habíamos presupuestado 900.000 euros y queremos que lleguen a los padres y madres con hijos", subrayó. Nada más conocerse la noticia, este periódico se puso en contacto con el gabinete de Javier Maroto para conocer su postura. Antes de que llegara la explicación oficial, el alcalde ya había reaccionado a través de su cuenta de Twitter. "Es falso. No coinciden ni los importes. Libros: 900.000. Toros: 300.000. Se han cortado 100 partidas para pagar el agujero heredado". Un seguidor le respondió que la frase no dejaba claro lo que había sucedido. La guerra estaba servida, y Patxi Lazcoz entró al trapo a través de la misma red social para defender su gestión de cuatro años. "Lo que es falso es lo del agujero. El Interventor ya informó de ello. Tenías 131 millones y no hacían falta recortes", respondió a Maroto.

Eran las 19.00 horas cuando llegó el comunicado oficial del equipo de gobierno. En su defensa alegó que el gabinete de Patxi Lazcoz había presupuestado para la feria taurina de este año "una cantidad inferior a la que se había comprometido a pagar", por lo que "hubo que recurrir a otras partidas del Presupuesto". Y dado que con los reajustes de julio el Consistorio había confeccionado un colchón de diez millones de euros, "la detracción se realizó de dos de esas 151 partidas, entre ellas la ya suprimida de libros de texto". Pero como se había eliminado con anterioridad, el Ejecutivo del PP entiende que "en ningún caso se han destinado fondos dirigidos a la compra de libros de texto a favor de la feria taurina". Todo un trabalenguas que ningún grupo de la oposición quiso tragarse.

También hubo explicación para la decisión tomada respecto a la sentencia. El TSJPV la emitió el 10 de marzo de 2010 y el Ayuntamiento presentó un recurso de casación. Éste fue rechazado, con lo cual el fallo inicial resultó ser firme. "Había que pagar, pero no se pagó, tal vez porque no había fondos en ese momento. Pero el gabinete de Patxi Lazcoz no consignó ninguna partida en las Cuentas de 2011". Así que decidió hacerlo el PP nada más entrar en el poder. Y con la partida de las ayudas a los libros de texto. "Una partida ya erradicada", insistieron estas mismas fuentes.

El caso es que mientras se buscan culpables desde las distintas formaciones, miles de personas están viendo mermadas sus opciones para conseguir ayudas. El Ayuntamiento de Vitoria fue la primera institución en meter la tijera. Al poco tiempo la Diputación, liderada ya por el PP, también decidió suprimir las subvenciones. Dio el mismo argumento: había un agujero en las arcas y había que priorizar. Todo un mazazo para las familias. Gracias a los 900.000 euros del Consistorio más los otros 900.000 que aportaba el Ejecutivo foral, cerca de 20.000 alumnos alaveses podían sufragarse cada año buena parte de este material escolar. En concreto, se daban 50 euros a los estudiantes de Infantil, 90 a los de Primaria y hasta 140 a los de Educación Secundaria.