JAVIER Maroto cumplirá mañana 100 días como alcalde de Vitoria. El candidato del PP se convirtió el 11 de junio en el cuarto dirigente de la democracia en la capital alavesa. Y, en ese discurso inicial como primer edil, puso el acento en varias aspiraciones: que no sorprendería a nadie con sus proyectos -de sobra conocidos tras una intensa campaña electoral donde se le escuchó más que a ningún otro candidato-, que estaría cerca de los ciudadanos y que su prioridad sería combatir la actual situación económica. Pero también advirtió a la población de que "en una situación como la crisis, habrá que tomar decisiones difíciles". Y, hasta la fecha, el gabinete se ha cuidado de anunciar, una a una, las novedades prometidas, aunque la clave está en conocer ahora cómo se compone el nuevo Presupuesto municipal. Y con qué apoyos sale adelante.

Esta fecha de los 100 días, un gesto tradicional de respeto desde la oposición a un nuevo ejecutivo, llega en la misma semana del Día de Olárizu, que habitualmente marca el reinicio de la actividad en la Casa Consistorial. Pero el debate entre los grupos no se ha hecho esperar. PP, PNV y PSE intercambiaron críticas a comienzos de mes, justo tras la vuelta estival, a cuenta del reconocimiento de la Green Capital 2012 como acontecimiento de excepcional interés público. El Congreso de los Diputados ya ha garantizado esta distinción, con el apoyo unánime de los partidos, pero el cruce de acusaciones en el Consistorio sonó como un anticipo de una intensa vuelta a la normalidad. De lo contrario, no se entenderían tantas declaraciones ante un tema en el que había acuerdo.

La composición de la Corporación, con un gobierno en minoría -nueve concejales- y tres grupos de la oposición con la misma dimensión -seis-, ha abierto el abanico de pactos. Y Maroto no se ha cerrado puertas. El PP, por ejemplo, ha sumado sus votos a los de Bildu para frenar el BAI Center y ubicar en la plaza de Euskaltzaindia la nueva estación de autobuses. Está por ver si esos votos le cuestan ahora a Maroto mantener el Gasteiz Antzokia, una apuesta de la que dijo no conocer nada pero que ya no ve con malos ojos.

El frenazo del complejo del auditorio, así como de la terminal de Arriaga, marcó el final de los proyectos estrella de la legislatura Lazcoz y el comienzo de la nueva etapa. El alcalde, sin embargo, ha insistido en que también hay medidas que unen a ambas formaciones -caso del soterramiento, la reforma de Fermín Lasuen, las obras para mejorar la plaza de toros (ahora Iradier Arena) o la apuesta por el Plan de Movilidad Sostenible-, pero hasta ahora ha pesado más la sensación de que el nuevo ejecutivo buscaba marcar el cambio. Por ello defendió que ahora se actuaría según las "verdaderas" prioridades de la ciudad.

EL CASO DE LA MEZQUITA Pero ha habido más temas de discusión, con la ubicación de la mezquita de Zaramaga a la cabeza. En este tema ha llamado la atención el posicionamiento, a las claras, de Maroto al lado de las dudas vecinales. Esta actuación se ha convertido en una crítica que promete repetirse a lo largo de la legislatura: que el alcalde piensa demasiado en las encuestas y en los porcentajes. Lo que el PP interpreta como un gesto de cercanía a los ciudadanos, desde la oposición se ve como una señal de debilidad. Y por eso se miran con lupa sus dudas sobre la ampliación del tranvía en Abetxuko, su cambio de opinión sobre la estación de Arriaga -primero se opuso, luego la apoyó y ahora ha frenado el proyecto-, la retirada de ciertos pluses de los funcionarios -anunció un acuerdo con el Comité, pero después dejó la medida en suspenso hasta este mes- o su golpe de efecto al anunciar que tenía una fórmula para completar la salvación económica del Alavés. A pesar de que esta fórmula finalmente no prosperó, quedará guardada en la hemeroteca como la primera decisión del alcalde. Aún no había sido elegido, de hecho, en el pleno de investidura.

El ejecutivo ha llenado su agenda en estos tres meses de presentaciones de proyectos. Maroto inició la semana pasada el debate para cambiar los requisitos para acceder a las ayudas sociales y que éstas puedan obtenerse sólo si se han cotizado cinco años o se lleva empadronados tres ejercicios en la ciudad. La sugerencia ya cuenta con el apoyo del gabinete López, algo que demuestra que el PP ha sabido aprovechar su peso en el Parlamento Vasco para aprobar una medida prometida pero, cuando menos, delicada.

El ejecutivo local también ha estado ágil al decidir -esta misma semana- presentar su Anillo Verde Interior en Bruselas, introducir mejoras en el tráfico en América Latina o anunciar una nueva fórmula de parking exprés en la calle Gorbea. Faltan por conocer cómo se concreta la reconversión verde del Palacio Europa, el anunciado centro de ocio para mayores en la plaza de la Constitución o el prometido plan estratégico de equipamientos de los nuevos barrios.

EL DEBATE SOBRE EMPLEO La conferencia de prensa que más se ha hecho esperar ha sido la del parque empresarial de Betoño, precisamente la propuesta que encabezó las promesas electorales del PP. Maroto avanzó esta misma semana que en el Ayuntamiento ya se estudia cómo atraer empresas -con ventajas fiscales y permitiendo, por ejemplo, pabellones de mayor altura- para regenerar esta zona industrial, un objetivo vital para generar empleo.

El trabajo y la economía son las que han marcado este arranque de legislatura. Los populares ya han anunciado que su gestión vendrá marcada por la austeridad, por la necesidad de vigilar "cada céntimo", un aviso para navegantes que augura recortes a pesar de que aún no se ha avanzado en la ponencia sobre fiscalidad -donde los partidos deberán decidir cómo controlar la diferencia entre ingresos y gastos corrientes del Consistorio- ni se ha iniciado el debate en torno a las tasas y otros ingresos. En este sentido, el PP ya confirmó que congelará los grandes impuestos municipales, pero no habló de los precios públicos.

La incógnita de las ordenanzas será una de las primeras en desvelarse al inicio de este nuevo curso político. Su debate también dará pistas sobre los apoyos que tiene Maroto para hacer realidad sus proyectos a lo largo de la legislatura. Por el momento, sólo es un hecho que fue nombrado alcalde con los únicos -y suficientes, eso sí- votos de su partido. Pero eso ocurrió hace casi cien días.