vitoria. Conducir por una ciudad de 240.000 habitantes y corona verde no resulta demasiado estresante, pero es en agosto cuando la relajación domina el asfalto. Se percibe al volante, la siente el peatón, salta a la vista por las plazas libres de parking y queda registrada en las pantallas de Tráfico. Según el ojo que todo lo ve, la intensidad diaria de vehículos en las treinta vías principales de Vitoria se ha reducido este mes un 30,5%. Una caída significativa que, analizada caso a caso, resulta incluso algo mayor en las calles que más coches soportan de normal, como Portal de Foronda, Reyes Católicos, Zaramaga, Los Herrán, La Paz, Florida o Manuel Iradier.

¿Pero cuánto tráfico calienta el hormigonado en una jornada típica y cuánto padeceremos hoy? Aunque la cifra nunca es la misma, para tener una idea aproximada vale la comparativa empleada por Tráfico. Del 11 al 18 de mayo, fechas de plena actividad, se registró un paso medio diario de 298.002 vehículos por las principales arterias de la ciudad. Tras las fiestas de La Blanca y con la huida de muchos gasteiztarras, del 10 al 17 de agosto la intensidad fue de 206.854 coches al día; y del 18 al 23 -última jornada calculada-, de 211.368. O sea, que son cerca de 80.000 los turismos que desaparecen del mapa y, por ende, de familias que salen de Vitoria para disfrutar de sus vacaciones.

Por calles, y según la misma tabla, portal de Foronda pasa de los 31.083 vehículos de un día normal a 22.026 ahora en agosto; La Paz, de 26.330 a 19.573; Reyes Católicos, de 20.545 a cerca de 14.000; Zaramaga, de 17.143 a 12.094; Los Herrán, de 14.663 a 11.000; y Florida, de 13.961 a 10.493. Son las calles más activas durante el curso escolar y también en verano, aunque quienes se quedan aquí este mes al menos reducen su nivel habitual de estrés. Asier, buen conocedor de la calle Francia, se pelea estos días con "la mitad de tráfico". Una percepción que el estudio de Tráfico confirma: ahora mismo circulan por allí una media de 11.181 vehículos, 2.500 menos que en una jornada cualquiera. "No es que se gane mucho en tiempo, porque justo en este tramo el semáforo suele estar bien coordinados, pero se agradece la tranquilidad. Tengo la calle para mí", apunta.

La disminución de tráfico favorece, además, la búsqueda de aparcamiento en tiempo récord. En los barrios que rodean el centro de la ciudad resulta más sencillo que nunca encontrar hueco junto a casa sin tener que dar vueltas, así como en arterias eminentemente laborales, como la Avenida Gasteiz. Los parkings en superficie también están más ociosos que nunca. Ayer en el de San Martín, más de las tres cuartas partes del solar se encontraban liberadas de vehículos. Eso sí, en algunas zonas donde campa la OTA -desactivada ahora en agosto-, los vecinos se están encontrando dificultades. Según explica Maite, vitoriana del área B1, detrás de La Paz, "los residentes que movemos el coche porque trabajamos no tenemos sitio para dejar nuestro vehículo, ya que los que no pagan aprovechan para colocarlo por la zona".

El mismo panorama sufre cada día María Isabel, quien propone a través del buzón ciudadano que "por lo menos las zonas pintadas en verde, que son muy pocas, estén reservadas a residentes durante este mes, ya que durante todo el año encima tenemos que compartirlas con los demás". Una petición a la que se suma Pedro, vecino de la calle Florida, para quien "hace ya varios veranos que no se nota tanto la diferencia con el resto del año". La crisis y las obras, dice, complican el estacionamiento.

En cualquier caso, si en algo están de acuerdo todos los vitorianos es en que a partir del próximo lunes "el tráfico aumentará y volverán los problemas de siempre para aparcar". Muchos vitorianos regresan de sus vacaciones, sobre todo aquellos con hijos en edad escolar. Y, con ellos, los malos humos. En todos los sentidos.