Vitoria. Los cristales de las rampas del Casco Viejo ya se han preparado para las fiestas. Operarios de FCC llevaron a cabo a finales de la semana pasada el prometido lavado de cara de estas escaleras mecánicas, que presentaban hojas, telarañas o restos de carteles. El aspecto era tan mejorable que el Ayuntamiento de Vitoria adelantó a antes de La Blanca una operación prevista para septiembre, cuando se calcula que terminarán las obras en los dos cantones que albergan las escaleras. En algunos puntos, la suciedad aún resiste, por lo que desde el Consistorio se contempla dar un último repaso a los tapices. Lo que sí deberá esperar a septiembre, mientras, será la sustitución de las mamparas agrietadas, cuando el Ayuntamiento ya habrá decidido quién asume las tareas de mantenimiento periódico de ambas estructuras.

Los vecinos ya habían denunciado el mal estado de las rampas en repetidas ocasiones a través del buzón ciudadano. Y lamentaban que, desde el inicio de los trabajos para renovar el pavimento y el mobiliario en ambos cantones, la situación había empeorado. La suciedad incluso permitía escribir mensajes sobre estos cristales, un elemento en su día muy criticado por su diseño pero que ya se ha convertido en un símbolo del Casco Medieval. De ahí que asociaciones vecinales como Barrenkale solicitaran al Consistorio que diera un paso al frente para asegurar el correcto mantenimiento de estas estructuras.

Y el gabinete Maroto se comprometió a hacerlo. La concejala responsable de Limpieza, Leticia Comerón, decidió la semana pasada llevar a cabo un operativo de limpieza especial antes de fiestas, que finalmente se realizó los pasados miércoles, jueves y viernes. Hace apenas una semana, las hojas y la suciedad cubrían parte del techo de las rampas de la Soledad, en especial en el tramo más cercano al centro cultural Montehermoso. Mientras, en el cantón de San Francisco Javier había sobre sus escaleras incluso una zapatilla o un paquete de mensajería, entre otros residuos.

Ahora, la situación ha mejorado, sobre todo en los tramos más bajos del cantón de la Soledad. La parte cerca de Montehermoso, la más complicada de limpiar por la cercanía de los árboles de la zona, aún presentaba a primera hora de la tarde de ayer zonas con telarañas y suciedad. El Ayuntamiento, sin embargo, finaliza un último repaso de este tramo, una vez que se retire todo el vallado de obra del entorno. En cuanto al cantón de San Francisco Javier, también ha mejorado su aspecto, pero los techos de las rampas aún requieren de más limpieza. Y, por otro lado, la docena de cristales con grietas aún no se ha reparado. Fuentes municipales confirmaron ayer que esta operación se realizará en septiembre.

El objetivo del gabinete Maroto es decidir entonces quién pasa a ocuparse del mantenimiento de estas dos estructuras, que al principio dependieron del área municipal de Vía Pública y, en la actualidad, de la Agencia para la Revitalización de la Ciudad Histórica. El Ayuntamiento quiere estudiar al final del verano cuánto podría costar la reparación y limpieza periódica de estos accesos a la colina.