Vitoria. El plan de rehabilitación de las calles del Casco Viejo llegó en febrero a Cubo y Bueno Monreal con la intención de operar en ocho meses una de las mayores transformaciones de la colina gasteiztarra tanto en el subsuelo como a pie de baldosa. La cirugía, sin embargo, se ha complicado, así que los vecinos tendrán que armarse de paciencia. Al margen del calendario establecido, la empresa encargada de los trabajos ha solicitado el quirófano por otras diez semanas por la necesidad de incluir la calle San Idelfonso en el plan de obras. Si el Ayuntamiento se lo concede, gesto casi seguro porque la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica (Arich) ha dado su visto bueno, el fin del cambio radical se dilatará hasta enero de 2012.

Las alteraciones en el proyecto de obras conllevan, además, repercusiones económicas. Según el informe que hoy presentará la Arich a todos los grupos políticos en el Consejo de esta sociedad municipal, el coste de la reforma se disparará un 19,12%, 204.976 euros IVA incluido. Una cantidad que se sumará al presupuesto inicial de los trabajos: 1,8 millones de euros. No obstante, en principio las arcas municipales podrían quedar libres de toda carga, ya que estas dos reformas urbanas del Casco formaban parte del paquete de obras financiado por el fondo anticrisis del Gobierno Vasco. El llamado Plan +Euskadi 09.

De acuerdo con la solicitud de la empresa adjudicataria de las obras, las reformas de Cubo y Bueno Monreal exigen completar el mallado de la red de telecomunicaciones y la red de abastecimiento de agua a través de San Idelfonso mediante una tubería de fundición para garantizar el óptimo funcionamiento de ambas infraestructuras. En consecuencia, es preciso proceder a la apertura de sendas zanjas a ambos lados de la citada calle. Y eso, unido al mal estado que presenta su pavimento, obliga a acometer la completa remodelación de San Idelfonso conjuntamente con la intervención puesta en marcha en Cubo y Bueno Monreal.

Así pues, las modificaciones introducidas en el proyecto alargarán diez semanas más las obras. Un periodo de tiempo extra tras el cual la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica confía en conseguir “un resultado sorprendente”. Los cambios más importantes serán los que no se ven. Las reformas contemplan la sustitución de toda la red de abastecimiento, lo que permitirá pasar de tuberías de fibrocemento a otras de fundición dúctil y, por tanto, decir adiós a los molestos cortes de agua.

En superficie, se desenrollará una alfombra de granito, muy similiar a la del resto de calles de la zona, con un bidegorri para facilitar los desplazamientos en bicicleta por el interior de la almendra gasteiztarra. Además, para sacar a los vecinos de Cubo y Bueno Monreal de la oscuridad, se instalará una iluminación “sorprendente”, la misma en ambas calles, con un moderno mobiliario. Según explicó en su momento el gerente de la Arich, Gonzalo Arroita, la idea es otorgar una imagen final que permita explotar la vocación comercial y de ocio de estas arterias. “Ofrecen grandes posibilidades porque tienen unos locales magníficos con unas características no habituales en el Casco Viejo”, subrayó.

Precisamente esas características han llevado a la Arich a englobar las calles Cubo y Bueno Monreal dentro del llamado eje del norte-espacio de oportunidad, que rodea el Casco Viejo por la ladera este hasta la plazuela de los patos y que quedará “totalmente configurado” en el año 2014. En cualquier caso, las miras de sus vecinos están puestas ahora en enero de 2012. Tras el retraso inicial de los trabajos, previstos para finales de 2010, y las dudas que ha suscitado esta operación -sobre todo por la posible pérdida de plazas de aparcamiento-, los afectados esperan que no haya nuevos contratiempos.