Vitoria. Al equipamiento deportivo de Los Astrónomos, nueva seña de los barrios de Santa Lucía y Salburua, no han dejado de salirle taras desde su inauguración el pasado mes de marzo. Primero dio problemas el suelo del trinquete, demasiado resbaladizo. Luego el piso de algunos vestuarios, tan desnivelado que el agua no evacuaba bien. Y ahora, el techo. Las goteras han trepado por el recinto de forma literal y podrían suponer más que un leve contratiempo. El martes, durante la tormenta, diluvió dentro de la instalación. Sin exagerar. "Caían cascadas en la zona del trinquete y nos vimos obligados a desalojarlo y cerrarlo para achicar el agua", explicó ayer la Federación Alavesa de Pelota, colectivo responsable de la gestión de esta instalación municipal.
Fue tan rápida su reacción que ayer a las cinco de la tarde el trinquete volvió a funcionar. "No ha habido que lamentar daños. Y, además, el equipamiento todavía está en garantía", se alegró la Federación. Diez años tiene por delante el Ayuntamiento para subsanar defectos a costa de la empresa encargada de las obras, Lagunketa S.A. No obstante, esta vez puede haber polémica. La constructora niega que la inundación responda a un fallo estructural. En una visita ayer al edificio, técnicos de la firma atribuyeron la masiva entrada de agua a la suciedad de un canalón del tejado; una responsabilidad la de limpieza que recae sobre el Consistorio. Sin embargo, quienes el día anterior se habían arremangado para las labores de achique sospechan que existe un problema en la junta de dilatación que atraviesa el recinto desde el trinquete hasta el frontón, a través del graderío retráctil.
La junta de dilatación es el elemento que controla los movimientos de contracción y expansión a los que se ven sometidos los materiales de construcción por variaciones en la humedad y la temperatura ambiente. Pues bien, fue por ahí por donde, según los testigos, se filtró la persiana de agua. Y justo por ahí surgieron con la puesta en marcha del equipamiento deportivo varias goteras que todavía no han desaparecido. "Respecto a las goteras, que las hay por todo el edificio, la constructora nos ha dicho que nos las van a arreglar en breve", explicaron desde la Federación, con una cierta incertidumbre. Más contundentes se mostraron desde el nuevo equipo de gobierno, heredero de una obra impulsada durante la legislatura socialista. Según explicaron, "sí hay un problema estructural", por lo que el Servicio de Arquitectura ya se ha puesto en contacto con la constructora para poner remedio a la filtración.
El trinquete llegó a acumular en un par de horas más de un centímetro de agua sobre el nivel del suelo, lo que obligó a emplear hasta veinte máquinas para ejecutar las labores de achique. Tan llamativa fue la inundación que responsables de la Federación la grabaron para remitir el vídeo al Ayuntamiento y conseguir que se pusiera manos a la obra rápidamente. Un edificio de 2,6 millones de euros -a cargo del Plan E- no debería de permitirse tantas goteras.
El primer defecto surgió nada más abrirse la instalación en febrero, en forma de resbalones. El origen de los patinazos del trinquete estaba, al parecer, en la pintura plástica usada para cubrir el hormigón del suelo y en la forma en que la máquina encargada de limpiar el polvo latente de la obra pulía el pavimento. Se aplicó un producto para hacer más mate la superficie, se redujo el servicio de la barredora y se dejó que pasara el tiempo. Contratiempo solventado.
En mayo, el traspié pasó a los espacios íntimos. Hubo que cerrar varios vestuarios porque el suelo se encontraba desnivelado, circunstancia que impedía que evacuara el agua correctamente. Eso sí, las obras duraron poco tiempo y, en ese margen, quedaron abiertos los suficientes cambiadores como para no alterar el ritmo de los usuarios. Por eso, hasta ahora la Federación no había puesto el grito en el cielo. La avería que podría afectar a la junta de dilatación es, sin embargo, otro cantar. "¿Qué pasará en invierno?", se preguntó el colectivo, entre la espada de la constructora y la pared del gabinete de Maroto.
Sus usuarios habituales son los principales interesados en que los fallos del equipamiento deportivo se resuelvan. Allí entrenan los alumnos de las escuelas de pelota de la Federación y baila la escuela de la asociación Errekatxiki.