Vitoria. El empeño de Patxi Lazcoz en llevar el tranvía de Abetxuko hasta el centro del barrio ha fructificado. Según informó el Departamento de Transportes del Gobierno Vasco a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, se está culminando la primera fase de las obras -la reposición de los servicios afectados por los trabajos, como son las canalizaciones de agua y luz-, por lo que este mismo mes empezará la colocación de la plataforma ferroviaria, el paso previo al montaje de las vías y los andenes. Así que, si no hay contratiempos, a principios del próximo año estará listo el ramal más polémico de la historia del metro ligero de Vitoria.

Cuando el proyecto del tranvía llegó a la ciudad en 2005, se quedó a las puertas de Abetxuko. La asociación del barrio, Uribe Nogales, logró que Alfonso Alonso lo frenara en vísperas de las elecciones de 2007 argumentando que la mayoría de los vecinos no quería el diseño planteado, una doble vía hasta la iglesia, por el impacto ambiental que conllevaría en una calle tan estrecha como El Cristo y porque sólo daría servicio a la mitad del barrio. Sin embargo, el año pasado Lazcoz decidió retomar el proyecto pese al veto del Parlamento, el rechazo de la oposición municipal y de casi todas las asociaciones de Vitoria valiéndose de la complicidad del Gobierno Vasco y de la necesidad de la Diputación de contar con el apoyo del PSE para sus presupuestos. Eso sí, para templar gaitas entre residentes y políticos, planteó un único carril de ida y vuelta.

El ramal resultante, presupuestado en casi 4,5 millones de euros y con 648 metros de longitud, se conectará en doble vía con la parada actual, ubicada junto al cauce del Zadorra. Desde ahí, el tranvía subirá la calle Presa hasta las proximidades de la pasarela peatonal, donde se ubicará el primer andén. A continuación, girará hacia El Cristo, por donde rodará por una sola vía instalada junto a la acera de los números pares para reducir la afección a las casitas, hasta llegar a la plaza 1 de Mayo. En ese punto estará la segunda parada, de andén central, y el final del trazado. O el inicio, según se mire. Además, para conseguir un mayor aprovechamiento de la zona peatonal, la plataforma de esta calle se construirá en hormigón impreso. Así, peatones y convoyes podrán compartirla.

No es tan agresivo como el diseño inicial, pero este planteamiento intermedio tampoco gusta a Uribe Nogales porque una de sus exigencias sigue sin cumplirse: la mitad del barrio -una zona donde, para colmo, viven muchas personas de avanzada edad- se quedará sin servicio. Y aunque tanto el alcalde como el Departamento vasco de Transportes han dejado la puerta abierta a una prolongación del ramal más allá de la plaza 1 de Mayo, el colectivo se teme que esta posibilidad se quede en sueño incumplido con el transcurso del tiempo ante la falta de concreción de ambas instituciones.

En cualquier caso, las exigencias de Uribe Nogales parece que han perdido legitimidad tras las últimas elecciones municipales. La presidenta de la asociación, Paquita San Bartolomé, advirtió a Lazcoz de que su empeño le pasaría factura en el barrio, eminentemente socialista. Y se equivocó. Volvió a ganar el PSE y por goleada: 419 votos frente a los 287 del PP.