Vitoria. La lluvia, que no quiso perderse la visita, fue incapaz de deslucir el itinerario que ayer condujo al presidente de la conferencia general de la Unesco, Davidson L. Hepburn, por lo más granado de la arquitectura gasteiztarra y los parajes más destacados de la geografía alavesa. Se le esperaba para el mediodía, pero la visita previa al Puente Bizkaia, que desde hace años ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad, provocó un ligero retraso en su agenda y el consiguiente cambio de planes en el recorrido. Nada más desembarcar en la capital alavesa, se adentró en el Casco Medieval. Recorrió parte de Villa Suso, admiró la rehabilitación de la antigua muralla y, paseando por Fray Zacarías, se detuvo a observar las fachadas de Montehermoso y del palacio Escoriaza- Esquível. "Es casi imposible explicar mis sentimientos con respecto a lo que estoy viendo. Es algo fantástico", señaló en cuanto le reclamaron una primera valoración sobre lo contemplado. No obstante, el gerente de la Agencia de Revitalización del Casco Histórico (Arich), Gonzalo Arroita, presente junto al alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, y el diputado general, Xabier Agirre, entre otras personalidades, aseguraba que pensar en una inmediata declaración de Patrimonio Histórico para la almendra es demasiado prematuro. "No es el objetivo principal ahora mismo. El Casco Viejo cuenta con los elementos para conseguirlo, pero debemos seguir trabajando y sentando las bases para alcanzar esta meta", precisaba. Por su parte, Mr. Hepburn afirmaba que "la visita para mi es un honor, ya que hice mis estudios sobre Miguel de Unamuno y quería visitar el País Vasco para experimentar su cultura y sus costumbres". Posteriormente, se dejó deslumbrar por el encanto de la Catedral Santa María y, tras almorzar en El Portalón, se acercó por la tarde a conocer los humedales de Salburua. "Me encanta el País Vasco, soy un tipo castizo", bromeó el de Bahamas.
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