La Vitoria del futuro se decide ahora. La campaña electoral es época propicia para ensoñaciones nunca planteadas, para promesas reincidentes y para proyectos que, aunque en este momento suenen a irrealizables, pueden acabar marcando el devenir de la ciudad. Pero, si los partidos asumen que sus apuestas son compromisos, el voto por un candidato también supone el apoyo a diferentes modelos para la capital alavesa. Es hora de elegir.

El PSE, hasta el momento, ha sido más bien comedido al presentar sus apuestas. El gabinete Lazcoz ha reconocido en más de una ocasión al hacer balance de la actual legislatura que sus apuestas exigían un mandato doble. Es decir, que ahora llega el momento de que sus grandes proyectos cobren forma. El caso del BAI Center constituye su principal ejemplo. Las obras del proyecto más discutido de los últimos cuatro años por fin han arrancado, pero su devenir dependerá en buena medida del resultado electoral. Otras apuestas personales de Patxi Lazcoz son la rotonda soterrada de la Avenida, enlazada con el proyecto del soterramiento y llamada a acabar con el principal punto negro de circulación de la ciudad; o la conversión del palacio Elvira-Zulueta en un centro sobre fotoperiodismo.

El PP ha sido el partido que más se ha apresurado a dar a conocer sus apuestas. Y con imágenes. El candidato Javier Maroto insiste en que el empleo es la piedra angular de su proyecto, y por ello arrancó su campaña con la presentación de un parque empresarial en Betoño. En cualquier caso, una de sus apuestas más llamativas es la creación de un anillo verde interior. Una medida que se liga con la celebración del título de Green Capital, el transporte sostenible y la peatonalización. Es la reforma de la Avenida Gasteiz y Los Herrán. La primera, muy vinculada a los problemas de tráfico de la zona; la segunda, mientras, permitiría extender el tranvía y reaprovechar la estación de autobuses de Los Herrán como parque infantil.

El PNV, por su parte, ha presentado dos apuestas muy vinculadas a dos temas de actualidad y no tan alejados como parece: la vivienda y la ecología. En el primer apartado, el grupo jeltzale apuesta por crear una oficina que recoja las quejas por problemas de financiación o por las deficiencias detectadas en las promociones públicas -muy al hilo de lo ocurrido, por ejemplo, con la malla de Borinbizkarra- y privadas. En el segundo, mientras, aboga por convertir barrios con 50 años a sus espaldas, como Abetxuko, Adurza, Ariznabarra y Zaramaga, en ecobarrios.

Los grupos más pequeños también han sido, por el momento, los más comedidos. Ezker Batua-Berdeak defiende el ahorro frente a la espectacularidad:“No se trata de vender grandes proyectos, sino de sacar adelante buenos proyectos para el municipio”, explican desde el partido. Un ejemplo de ello es que, en lugar de apostar por el BAI, EB aboga por convertir el Palacio Europa en una infraestructura de referencia en congresos de tamaño medio. Además, propone crear un centro internacional de investigación en torno a la contaminación física y un centro para revitalizar el Casco Viejo en torno a la pelota -un mercado en el que ya trabaja la agencia del Casco-, bautizado Pilotzaindia.

Bildu, por su parte, también centra su mirada en la creación de proyectos en torno al ocio y propone una sede para el Gasteiz Antzokia, un proyecto impulsado por EA:el Banco de España. Bildu considera que el edificio podría recuperar así su función cultural -antaño fue un teatro- y, además, encabezar ese “eje de oportunidad” que es la calle Olaguíbel. El grupo propone utilizar los recintos del gobierno militar y civil o las instalaciones que tuvo la Caja Vital para, entre otras posibilidades, impulsar vivienda de alquiler social.

Aralar, mientras, aboga por agilizar el cierre del Anillo Verde y dotar a estas zonas de las medidas correspondientes de protección ambiental para evitar que se consuma más suelo. Otras de sus propuestas más llamativas son asegurar la pervivencia del Hospital Santiago, crear una casa de mujeres que sirva de lugar de encuentro a colectivos femeninos o impulsar la estación intermodal en la actual terminal de Renfe en Dato.

El soterramiento también es un punto clave en las propuestas de UPyD. En este caso, para oponerse a él. El grupo cree que es un “capricho” impulsar una operación multimillonaria, financiada en gran parte mediante la “especulación inmobiliaria” y que no se puede justificar con un simple Vitoria se lo merece. La alternativa que plantea UPyD es acercar la intermodal a Foronda y conectar la zona con Vitoria mediante un tranvía. Una propuesta más para que los ciudadanos reflexionen sobre quién tomará las riendas de la ciudad y qué futuro les espera. El debate puede parecer complejo, pero Vitoria se lo merece.