Vitoria. Nada más nacer, al proyecto del centro integral de la pelota vasca le salieron muchos pretendientes. Y dos de ellos, Bilbao y Azkoitia, permanecieron en la sombra, al acecho, incluso después de que el máximo responsable de la iniciativa, el fabricante de Punpa, Ander Ugarte, se decantara públicamente por ubicar el equipamiento en la capital alavesa. Esperaban una última oportunidad, y cuando constataron que se dilataba la negociación del Ayuntamiento vitoriano con Caja Vital para adquirir como sede el viejo museo de arqueología de las Burullerías, lanzaron la caña hasta Sabin Etxea. Con continente, con aportación económica, con apoyo de bancos... Una presión que, según ha podido saber DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, ha obligado al gabinete de Patxi Lazcoz a comprometerse a agilizar la adquisición del edificio para retener el proyecto.

No podría entenderse una actitud distinta, ya que el Ayuntamiento ha vendido este equipamiento como un instrumento clave para potenciar turísticamente Vitoria, convertir la ciudad en capital de la pelota vasca, reforzar el plan de recuperación del Casco Viejo y atraer inversiones. Sin embargo, lo cierto es que hace un año empezaron las negociaciones con Caja Vital para adquirir el viejo museo de Arqueología -el palacio de los Guevara- y aún no se ha llegado a un acuerdo. La entidad bancaria no está dispuesta a vender el inmueble, que es lo que quería la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica (Arich). Ni por un millón de euros, precio estimado por la sociedad municipal -que ha comandado el proceso- ni por más. ¿Motivo? El edificio forma parte de una permuta genérica de bienes y derechos.

En términos sencillos, lo que sucede es que hay un acuerdo de cesión de unos edificios propiedad de Caja Vital por otros de titularidad municipal que incluye el palacio de los Guevara. Y como la Arich no ha logrado sacar este edificio del pack y, al mismo tiempo, hay discrepancias por parte del gabinete Lazcoz en cuanto a algunas de las exigencias de la entidad bancaria, el proyecto de Ugarte se ha ralentizado. Será muy difícil, por tanto, que el centro integral de la pelota vasca abra en junio, aunque todo lo demás esté listo. Eso sí, el gerente de la Arich, Gonzalo Arroita, está convencido de que la presión de otros ayuntamientos ha permitido que el equipo de gobierno valore aún más "lo que supone contar con este equipamiento en Vitoria" para agilizar el proceso y que las puertas se abran "este mismo año".

Es lo que Ugarte desea. Y tal es su paciencia y buena voluntad que, pese a los obstáculos, este mismo martes se reunió en Vitoria con responsables del Ayuntamiento, Asegarce y el presidente de la federación alavesa de pelota para conocer los detalles del frontón que se proyecta en el futuro polideportivo de El Campillo. Un elemento que mantendrá una íntima relación con el transformado palacio de los Guevara, ya que funcionará como escuela, centro de alto rendimiento y sede de campeonatos deportivos.

Pilota, que es como se llamará el el centro integral de la pelota vasca, se gestó después de las fiestas de La Blanca de 2009, gracias a los contactos mantenidos entre el grupo municipal de EB y Punpa, cuyo responsable llevaba tiempo pensando en abrir un museo-taller para promocionar la esférica y combatir el nulo relevo generacional provocado por la complejidad del proceso artesanal, su bajo beneficio económico y la ausencia de una metodología recogida en papel. La Arich se sumó al poco tiempo como colaboradora de lujo, dispuesta a facilitar la materialización del proyecto a través de la definición de contenidos, la búsqueda de espacios y la configuración del presupuesto. Unos meses después, en enero de 2010, quedó finiquitado el plan.

El objetivo es que el centro disponga de un área de artesanía, una zona expositiva que repase el pasado, presente y futuro de este deporte, y un último espacio reservado para la innovación y la investigación. En cualquier caso, el proyecto ya se ha dividido en una primera fase, que dará impulso a los contenidos fundamentales de la iniciativa, y una segunda -a medio plazo- que servirá para potenciar actividades complementarias como el deporte de base y la tecnificación.