Vitoria. Prudencia. Ésa es la palabra más repetida por parte de la constructora Palmiro, responsable de la instalación de la polémica malla metálica en un bloque de VPO en Borinbizkarra. Fuentes de la compañía confirmaron ayer que cumplirán con los trámites y presentarán sus alegaciones antes del día 13 al Ayuntamiento de Vitoria, que optó por frenar los trabajos ante las quejas de los 84 adjudicatarios de estos pisos, que consideran "peligrosa" esta red y critican que sea una solución diferente a la inicialmente contemplada en el proyecto. La firma, por su parte, no se cierra a buscar acuerdos pero defiende la legalidad de la estructura. El caso se destapó el pasado 25 de marzo. Adjudicatarios de esta promoción del Ayuntamiento de Vitoria mostraron sus dudas ante el Gobierno Vasco por la solución adoptada en una de las fachadas del edificio. Esperaban, según recoge el proyecto, que se colocara una chapa perforada en la zona de las terrazas y, en su lugar, se instaló una valla metálica. En un primer momento pensaron que se trataba de un elemento de seguridad de la obra pero, ante el temor de que la medida se extendiera al otro bloque, se movilizaron contra esta actuación. Y el Ayuntamiento de Vitoria les dio la razón. El concejal de Urbanismo, Juan Carlos Alonso, confirmó anteayer que el Consistorio estará del lado de los propietarios. Ya el pasado día 1, el alcalde ordenó la paralización de la obra. Esa decisión activó unos trámites que permiten a la constructora presentar alegaciones durante diez días. El plazo expira el próximo día 13. La fecha ha generado inquietud entre los adjudicatarios, que esperan que la compañía acepte la decisión y, por tanto, opte por retirar la valla y recupere el proyecto original. Desde Palmiro detallaron ayer, mientras, que su obligación es responder al Consistorio y explicar su actuación. Fuentes de la compañía insistieron en que la solución adoptada es adecuada, que ni mucho menos es una medida para ahorrar costes y lamentaron que se hayan cargado las tintas contra la empresa sin esperar a conocer sus explicaciones.

Adjudicatarios de estas viviendas, mientras, critican la escasa información aportada por la firma y siguen a la espera de soluciones. Ya hay quien teme que, dado el carácter sinuoso de las terrazas, haya pocas alternativas disponibles para sustituir la controvertida malla. Sea como fuere, el Ayuntamiento ya confirmó que cualquier solución final deberá contar con el visto bueno de los adjudicatarios. Por el momento, toca esperar, una situación de calma tensa que no contenta a ninguna de las partes.