vitoria. Entre el modelo de ciudad del actual alcalde y el de quien aspira a arrebatarle la vara de mando bajo las siglas del PNV es fácil encontrar más de siete diferencias. Patxi Lazcoz está empeñado en "modernizar" Vitoria con la construcción del BAIC como estandarte del proceso para, según dice, asegurarse de que no vuelva a ser "de provincias y aburrida". Gorka Urtaran prefiere anteponer "las personas al ladrillo" con la sostenibilidad social, económica y medioambiental de bandera. "Los grandes proyectos no deben hipotecar el desarrollo de los servicios básicos que garantizan nuestro bienestar", subrayó ayer el candidato jeltzale a la Alcaldía de Gasteiz en la recién estrenada sede del Araba Buru Batzar, a los pies de la Virgen Blanca.

Los discursos de Urtaran suelen sonar algo nostálgicos, pero también miran al futuro. El de ayer fue uno de esos. El aspirante peneuvista cree que Vitoria es "una ciudad maravillosa, con muchas virtudes y un gran potencial", pero lamentó que haya dejado de ser un referente en calidad de vida desde que el hombre al que tanto admira dejó el sillón. "El paso por la Alcaldía del PP y del PSE nos ha llevado a sufrir un punto de inflexión tras las dos décadas de gestión de José Ángel Cuerda. Les ha faltado un proyecto claro de ciudad, y han apostado por las marcas, los logos y grandes proyectos que ni siquiera han llegado a desarrollar", lamentó Urtaran. Por el imaginario de los asistentes pasaron el auditorio de La Senda, los 320.000 euros del icono verde V-G, las malogradas cubiertas arquitectónicas, el BAIC...

Pero Urtaran no dio ejemplos, sino que prefirió centrarse en el futuro más inmediato. Si gana las elecciones, aseguró que devolverá a Vitoria a la primera posición en el ámbito del bienestar con la sostenibilidad como instrumento transformador. Precisamente esa palabra ha estado en boca de muchos esta semana gracias al Encuentro Internacional de Urbanismo, aunque para el candidato del PNV el concepto es más amplio. "Queremos una ciudad verdaderamente sostenible y eso pasa por un triple desarrollo: social, económico y medioambiental".

Entrando en harina, Urtaran aboga por una política social que garantice la cobertura de las necesidades para que todas las personas puedan tener una vida digna y autónoma, pero evitando "el mal uso y el abuso" de las prestaciones. Además, quiere impulsar la cualificación profesional de los vitorianos, colaborar con otras instituciones para salir de la crisis, defender la innovación empresarial con parámetros sociales y medioambientales, generar espacios para el conocimiento y diversificar la economía. Todo ello, sin olvidar el respeto a nuestro entorno natural, "pueblos del municipio incluidos".

Fue un matiz importante el de Urtaran. Los residentes de los concejos siempre se han considerado de segunda, una sensación que se ha disparado durante la legislatura socialista por una falta total de entendimiento con el gabinete de Patxi Lazcoz y la falta de ejecución de muchas partidas. "No podemos olvidarnos de los pueblos. Es un entorno rural sin parangón. Hay que desarrollar políticas que no sólo los protejan, sino que saquen un gran rendimiento a sus potencialidades". Urtaran escribe la calidad de vida en clave de municipio.