Vitoria. La historia de la primera Vitoria en expansión se coció entre aceros y caucho. Sin Michelin y sin Sidenor, puede que ahora habláramos de una ciudad muy distinta. La implantación de ambas fábricas en el inhóspito extrarradio de la Gasteiz que apenas había bajado de la colina aceleró la llegada entre las décadas de los cincuenta y sesenta de miles de hombres y mujeres procedentes de Extremadura, Andalucía, Galicia, Castilla y Gipuzkoa. Un combinado explosivo, literalmente, que obligó a estirar los claustrofóbicos límites de aquella localidad. Así nació, por el norte, Zaramaga. Y ahora, cincuenta años después, la asociación de comerciantes del barrio ha decidido aprovechar el redondo aniversario para reconocer la aportación de ambas empresas al desarrollo de la capital alavesa con la entrega de unas esculturas.
La de Michelin ya luce en su nuevo hogar. Este martes, el presidente de la asociación de comercios de Zaramaga, José González, hizo entrega de la obra al director de la planta gasteiztarra, Amadeo Álvarez. Fue un acto cálido para reconocer la importancia vital de la empresa en la economía de la ciudad. De hecho, esta fábrica constituye uno de los pesos pesados de la marca francesa a nivel internacional: agrupa a más de 3.000 empleados de los 110.000 que están repartidos por el mundo, fabrica más de 150 referencias de neumáticos de turismo y es la principal parturienta de neumáticos de ingeniería civil, con una producción anual de 400.000 toneladas. En resumen, una fuente de riqueza que conviene mantener.
Durante el acto de homenaje, fue inevitable hacer memoria. Hubo quien recordó aquel 5 de enero de 1966, la fecha en la que la factoría de Vitoria fabrica su primer neumático: una rueda para obras públicas. O el año 1955, cuando la planta entró en el libro Guinnes de los récords al dar forma al mayor neumático del mundo, con un peso de 5.782 kilos y 3,72 metros de diámetro. Momentos agradables, al que se suma el premio Fundación Laboral San Prudencio a las buenas prácticas empresariales que recibió Michelin el año pasado por el mantenimiento del empleo en esta difícil situación de crisis.
La próxima semana, la asociación de comercios se trasladará hasta Portal de Gamarra para homenajear con la entrega de otra escultura a la fábrica vitoriana de Sidenor. Muchos la siguen llamando Forjas Alavesas, el nombre con el que se implantó en 1951 en la parcela que ahora ocupa El Boulevard. A pesar de las convulsas consecuencias de la crisis, su positiva aportación a la ciudad también resulta incuestionable. Alrededor de 500 familias viven gracias a ella, y la reja metálica que envuelve el hotel del centro comercial no hace sino recordar aquella época en la que Vitoria abrazó la siderurgia, con la fabricación de aceros especiales y grandes piezas forjadas.