vitoria. Es difícil ver dobles filas y coches sobre las aceras en la calle Luis Heintz desde hace unos días. La Policía Local está aplicando a rajatabla la prohibición a los padres de Marianistas de estacionar indebidamente en las horas punta para dejar a sus hijos en el colegio y recogerlos con el propósito de reducir la congestión en la zona de Lovaina. Tal es la restricción que ya ni siquiera el autobús escolar puede aparcar unos minutos a la entrada del centro educativo. Ha tenido que desviarse a la calle Madre Vedruna "porque estaban friendo a multas a los chóferes". Una medida que, a juicio de los progenitores afectados, resulta "excesiva" y atenta "contra la seguridad de los menores" que usan este servicio.
"No entiendo cómo es posible que el Ayuntamiento considere que es más importante eliminar la molestia mínima que supone un autobús que la seguridad de los niños", critica Maite. A esta madre le preocupa que los menores, algunos de ellos de tan sólo cinco años, tengan que recorrer más de doscientos metros sin la compañía de un adulto, y muchos días bajo la lluvia. "No tiene por qué pasar nada, pero esta situación no es de recibo. Además, nos están discriminando. En los demás centros educativos no pasa esto". Pedro, otro progenitor afectado por la medida, le da la razón. "Lo que está pasando es un sinsentido. ¡Estamos hablando de cinco minutos de estacionamiento, no más, y de un solo autobús! ¿Cómo puede afectar tanto al tráfico? No me entra en la cabeza", apostilla.
Además, tanto los padres que abonan el bus escolar como los que llevan a sus hijos en coche al colegio sostienen que la mano dura de la Policía Local no está surtiendo efecto. "Hay los mismos atascos de siempre. Sólo hay que ir cualquier día a las cinco de la tarde a la zona de Lovaina y salta a la vista dónde está el problema", sostienen. A su juicio, la congestión de coches viene derivada de la propia ordenación del tráfico y la regulación semafórica, y no de sus estacionamientos sobre la calle o las dobles filas puntuales. "El cien por cien de los coches que circulan por Luis Heintz van dirección Ramiro de Maeztu. Por eso, se forma una fila hasta la otra punta. Además, cuando se pone verde el semáforo de Luis Heintz, se activa el rojo de Ramiro de Maeztu. Y si a eso le sumas el tranvía... Atasco garantizado", explican todas las familias consultadas.
El control policial en Luis Heintz, lejos de aliviar el embotellamiento, ha generado además un efecto secundario: la acumulación de dobles filas en Koldo Mitxelena. Para evitar las multas, muchos padres han decidido utilizar la trasera de Marianistas como zona de estacionamiento. Por allí, de momento, no pasan los agentes. "Y esto pone aún más de manifiesto que nosotros no somos los culpables de que se produzcan atascos en Lovaina, pero ésta tampoco es la solución, porque al aparcar aquí tenemos que recorrer un trecho más largo hasta la puerta. Y así sí que podemos molestar de verdad a otros conductores", apunta Joseba. Por eso, los progenitores exigen al Ayuntamiento que les permitan volver a parar a la entrada del colegio. A ellos y, sobre todo, al autobús escolar.