Vitoria. Muchos años de trabajo y discusión política después, llega el momento del auditorio. Más técnicamente, del Business & Arts International Center (BAI Center), que transformará la fisonomía de la capital alavesa desde su ubicación en la plaza Euskaltzaindia. Las obras del equipamiento arrancarán mañana, no sin polémica, debido a la feroz oposición que se ha encontrado el gabinete Lazcoz desde el movimiento vecinal. También las distintas siglas políticas del Ayuntamiento están en contra, salvo el PNV, e incluso el ex alcalde José Ángel Cuerda. Aunque consideren que no es el momento más adecuado para acometer la estratosférica inversión que requerirá el proyecto, más de 154 millones de euros, de momento, parece no haber marcha atrás.

Los operarios procederán en unas horas a elaborar el acta de replanteo delimitando la zona de actuación con un vallado y las excavadoras entrarán a trabajar sobre ella durante los próximos días.

La unión temporal de empresas constituida por Ferrovial, Onaindia y Gesaltza será la encargada de iniciar esta primera fase de la construcción del BAI Center. Les corresponderán, en concreto, los trabajos de infraestructura urbanística, donde entran las excavaciones, los desvíos, las demoliciones, la cimentación, el saneamiento y las estructuras del centro de negocios y ocio. El Ayuntamiento licitó las obras por 6,8 millones de euros menos del presupuesto inicial, una rebaja del 27% que ha sido posible debido a la crisis y a la fuerte competencia que existe entre las constructoras para lograr los contratos. Dos fases más servirán para dar forma al auditorio, cuya apertura está prevista para el año 2014 si se cumplen los plazos. En segunda instancia se construirá el cerramiento de los edificios y, por último, llegará el momento de equipar las diversas salas del complejo.

Cabe recordar que el complejo acogerá cuatro grandes infraestructuras en una: un área congresual, otra expositiva y de espectáculos -la más grande-, una sala sinfónica y otra de vanguardia. A ello habrá que sumar diferentes servicios, como cafetería y restaurante, una tienda y un club de música en vivo (Concept Club) para la celebración de actividades culturales. El centro contará también con un gran aparcamiento subterráneo de más de 600 plazas.

Según las cifras manejadas por el Consistorio gasteiztarra, el BAI Center creará con su apertura 409 empleos directos y la actividad económica adicional aportará 6,5 millones de euros anuales a las administraciones públicas. El 25% de la inversión necesaria para su construcción, 39,5 millones, retornará en forma de recaudación tributaria a sus arcas. Sin embargo, hay voces que dudan de estas cifras. Tras la apertura, el auditorio generará 64,6 millones anuales al PIB y "se convertirá en un motor y dinamizador de la economía de la ciudad", a juicio del Consistorio. Asimismo, permitirá a Gasteiz acoger espectáculos, ferias profesionales y exposiciones ahora imposibles de realizar por la falta de espacio en el Europa.

Escultura Al margen de la oposición al proyecto -más bien, a que se acometa en estos momentos-, el otro foco de conflicto se ha avivado a cuenta de la fuente-escultura de Imanol Marrodán, que será trasladada desde la plaza Euskaltzaindia a otra ubicación.

El Ayuntamiento acometerá el traslado una vez adjudicado el trabajo. En principio, el gabinete Lazcoz planteó llevar la escultura a la rotonda entre portal de Foronda y Baiona porque "estorba" para la construcción del centro internacional. La propuesta de Marrodán de llevarla a la mediana construyendo allí una plaza que respetara los criterios que siguió al crear la obra recibió un no rotundo por parte del Ayuntamiento.