Tras dos años de sonido apagado por la lluvia, el frío pero seco día invernal de ayer permitió disfrutar de la magnífica sonoridad al chocar los badajos, realizados con hueso, cuernos de toro o vaca, contra los joareak, los cencerros de cobre, con una capacidad de 10 litros cada uno y un peso de unos cuatro kilos.
Si bien los de Aurtitz tienen un paso con dos golpes de cencerro, como señalaba el expelotari profesional Unai Apeztegia, cuando se unen los joaldunak de las tres localidades cambian el paso para que todo suene conjuntado a la perfección. El sonido sólo se vio alterado por el que producían las estridentes sierras mecánicas de los mozorroak, que una vez más volvieron a hacer de las suyas en la plaza. Entre los disfraces que sirven de contrapunto festivo y grotesco de los joaldunak, destacaba un artilugio estilo Blade Runner, con trazas de bicicleta antigua, tándem y sidecar gigantesco, que provocó gran curiosidad. Los joaldunak, se mostraron algo molestos por la premura de los mozorros en entrar en la plaza, ya que restó vistosidad y protagonismo a su trabajo continuado.
veteranos y jóvenes El rito había comenzado antes de mediodía con un almuerzo de los joaldunak locales junto a un grupo de vecinos que probablemente ejercería de mozorros en la Ganbara del Ayuntamiento. Una vez terminado el almuerzo, los joaldunak de Ituren fueron ayudados a vestirse, ya que la colocación adecuada de los grandes cencerros con cuerdas a sus cinturas precisa de la fuerza exacta y de una técnica determinada, que pasa de generación en generación. Entre los veteranos estaba Lázaro Erregerena, de 57 años, que encabeza la comitiva desde hace más de 30, y como contrapunto, se vestía por primera vez Urki Ariztegi, de 3 años y varios niños más de corta edad, que se mostraban nerviosos a la vez que ilusionados. Lo mismo que los mayores de Ituren, que aunque exportan esta tradición como espectáculo a diversos lugares de la geografía estatal y europea (esta edición fueron los primeros en llegar a la meta en la tradicional prueba atlética Behobia-San Sebastian), reconocen que el Lunes de Carnaval "es muy especial y muy nuestro".
Y es que la tradición marca que sea el Lunes de Carnaval cuando Ituren acoja la fiesta, y que hoy lo haga Zubieta, localidades vecinas y separadas por unos 4 kilómetros. Por tanto, los joaldunak de Zubieta harán en esta ocasión de anfitriones de los de Aurtitz e Ituren.