vitoria. Cuando recala en el Ayuntamiento el debate sobre si las antenas de telefonía móvil pueden o no provocar daños en la salud, siempre se oyen mensajes que llaman a la calma pero también compromisos para lograr un mayor control. El último se remonta a junio, cuando el Pleno municipal votó a favor de la constitución en un plazo máximo de cinco meses de un grupo formado por técnicos, científicos, organismos sociales y ecologistas para, mediante apoyo jurídico, hacer más restrictiva la actual ordenanza de acuerdo con sus competencias. Pero llegó el mes, pasó y nada más se supo. Hasta ayer. La edil de Medio Ambiente, Alba Cañadas, confirmó que a finales de febrero estará listo un borrador de la normativa para su posterior debate.

La concejala se disculpó asegurando que "estamos desbordados en el Departamento". No obstante, tanto EA como EB, que habían llevado la pregunta a la Comisión de Medio Ambiente, no dudaron en criticar el retraso del equipo de gobierno.