vitoria. General Álava tiene el cutis rebelde. Apenas cuatro meses después de que la calle afrontara su enésima y aparentemente definitiva reforma, han vuelto a aparecer grietas y socavones en distintos puntos, sobre todo en las zonas más próximas a las alcantarillas y los accesos subterráneos. Una situación desesperante que se pondrá sobre la mesa este martes en la Comisión de Urbanismo de la mano del grupo municipal del PNV, que exigirá explicaciones al gabinete de Patxi Lazcoz.

"Queremos saber si los arreglos realizados por parte de Eusko Trenbidea Sarea cuentan con algún tipo de garantía, si se han analizado por parte del Departamento de Vía Pública los actuales desperfectos y qué tipo de solución se piensa adoptar para que no se repita la misma situación que obligó a llevar a cabo la reparación integral de la calle", especificó ayer el portavoz del PNV, Iñaki Prusilla, quien alertó de que, a este paso, "la vía volverá a estar el próximo verano tan deteriorada como lo estaba hace cuatro meses". Por eso, y para no seguir "dilapidando decenas de miles de euros en arreglos" poco exitosos, el edil considera prioritario realizar un análisis serio.

No parece casualidad que una de las zonas más limpias del trayecto del tranvía sea Becerro de Bengoa, donde el paso del tráfico y el metro ligero están diferenciados. Precisamente esta situación es la que continuamente aviva el debate sobre el origen de los daños en General Álava. Si se debe al gusano verde -como dice el equipo de gobierno-, al paso de los autobuses urbanos y otro tipo de vehículos -como cree el Gobierno Vasco-, al material elegido, a la ejecución de los trabajos o a la climatología adversa que acompaña a la capital alavesa.