vitoria. El firme de General Álava vuelve a mirarse con lupa. La calle registra de nuevo grietas y socavones en diversos puntos, sobre todo en las zonas más próximas a las alcantarillas y accesos subterráneos, apenas cuatro meses después de que esta céntrica vía de Vitoria afrontara su enésima reforma. La que se esperaba que fuese la definitiva. La mayoría de las zonas dañadas, en cualquier caso, son de menor levedad que los baches que arrastraba la zona antes de su última rehabilitación.
En un examen realizado por esta vía de paso del tranvía hacia la zona centro se ve que los socavones más preocupantes se encuentran cerca de la parada del tranvía de Parlamento, junto a la tienda de EuskoTran, al lado del supermercado de la zona y en un punto cercano a la Catedral Nueva. En total, en torno a una quincena de desperfectos -ya sean grietas o baches- que son apreciables a simple vista. La mayoría se concentran en General Álava, pero también hay daños más leves en Independencia y el entorno de Prado. Una de las zonas más limpias es, curiosamente, Becerro de Bengoa, donde el paso del tráfico y el metro ligero están diferenciados.
Esta situación vuelve a avivar el debate sobre qué provoca esta afección a la vía. Si se debe al metro, al paso de los autobuses urbanos y otro tipo de vehículos, al material elegido, a la ejecución de los trabajos o a la climatología. Porque en Lovaina, donde hay un pequeño tramo con el mismo material pero la circulación se reserva para el tranvía, presenta un mejor aspecto.
Esta misma discusión se produjo a lo largo del año, después de que el grupo municipal del PNV lamentara con insistencia en la Casa Consistorial el estado del firme de la calle, que comparó a una zona de guerra. No estaba claro si las reparaciones debían correr a cargo del Ayuntamiento o de Euskal Trenbide Sarea (ETS), un ente público que depende del Departamento vasco de Transportes. Las conversaciones entre ambas entidades terminaron con ETS dando un paso al frente y asumiendo la reparación, que se cifró en 250.000 euros.
el tranvía paró en agosto La siguiente cuestión fue determinar cuándo realizar los trabajos, que eran incompatibles con el funcionamiento de la línea de Angulema. A finales de julio, Euskal Trenbide Sarea anunció que la rehabilitación se llevaría a cabo en agosto para causar el mínimo problema posible a los usuarios del tranvía y los autobuses. Por ello, el habitual parón del metro ligero durante las fiestas de La Blanca se alargó hasta finales de agosto.
Vecinos y comerciantes mostraron entonces su malestar por un nuevo periodo de obras, pero confiaron en que fuese el último. General Álava ha encadenado diversas actuaciones de importancia desde su semipeatonalización, una posibilidad que comenzó a plantearse en la Casa Consistorial en 1997. La medida se planteó ya en firme en 2000, pero ahí no acabaron los trabajos. La insistente aparición de grietas por este cambio de uso alargó los trabajos, a los que relevó en 2007 la llegada del tranvía. La lista de obras se completó este verano.
Esta prematura aparición de daños suscita ahora la pregunta de si este problema podrá solventarse con un parcheo antes de que la situación empeore o requiere de una actuación diferente. Otro material. Otro tipo de tráfico. Otra vez.