Vitoria. Es difícil encontrar un solo movimiento ciudadano del que no cuelgue una pesada etiqueta política. La Federación de Asociaciones de Vecinos de Vitoria y Álava, la Fava, lleva impresa la huella del PP por las simpatías -y filiaciones- de algunos de sus integrantes a ese partido y por su querencia a aumentar el volumen del altavoz cuando las críticas se dirigen a otras formaciones. E Interbarrios, que nació como escisión de la anterior en la legislatura de Alfonso Alonso, cabecea indisimuladamente hacia la izquierda abertzale. Demasiado partidismo ideológico que ha contribuido a contaminar la esencia de la participación vecinal y que ha llevado a muchos vitorianos a perder la fe en personas que un día decidieron hacer piña con la sana intención de defender las necesidades de los barrios ante el Ayuntamiento. No obstante, hay quienes aseguran que, a partir de hoy, todo eso será pasado. Empieza una nueva etapa. Y, según dicen sus responsables, sin lastres.

Tras las elecciones que se celebrarán esta tarde en la sede de la Fava, muchas cosas cambiarán, empezando por las que saltan a la vista. Si no hay contratiempos, tomará el mando una plataforma que comenzó a dar sus primeros pasos en octubre con la intención de "liberar la Federación de cualquier ideología partidista y renovar sus contenidos". Es la única candidatura, tras la decisión del actual presidente, Eduardo Cervera, de no volver a presentarse a los comicios. Y está formada por integrantes de diversos orígenes, aunque al menos los números uno y dos, Ángel Lamelas (presidente de Ipar Arriaga) y Adolfo Gago (de Mariturri), forman parte a su vez de Vecinos de Gasteiz. Un grupo que reúne a ocho colectivos vecinales y que nació el pasado mes de mayo como "una ambición plural, alejada de ideologías políticas y muy vinculada a los jóvenes de la ciudad", con la intención de "aunar esfuerzos entre los gasteiztarras" para que se escuche su voz en los grandes proyectos de la ciudad. Precisamente la filosofía que adoptará la nueva Fava.

Puesto que cambiarán las caras y la forma de hacer, también lo hará el nombre. A partir de ahora, a la federación se le conocerá como VVA: Vecinos de Vitoria y Álava. Y entre los primeros objetivos, destaca el de volver a unir el tejido asociativo. En la actualidad, pertenecen a la Fava sólo trece colectivos vecinales, cuando en la capital alavesa hay 34. Otro reto será el de volver a recuperar el prestigio ante la ciudadanía, para que ésta crea en su capacidad de lucha y confíe en su labor ante las instituciones. Por ello, al igual que empezó a hacer Vecinos de Gasteiz y otras asociaciones vecinales lideradas por nuevas generaciones del movimiento vecinal, VVA tratará de estar muy presente en el día a día a través de una gran actividad y comunicando sus acciones mediante la agilidad y eficacia de las nuevas tecnologías (web, blog, redes sociales...).

Ángel Lamelas, presidente y portavoz, ya se ha convertido en un elemento incómodo para el Ayuntamiento. Además de presidir la asociación de vecinos de Lakua-Arriaga, es el portavoz de la plataforma SOS Arriaga, formada por 39 colectivos que reivindican que la futura estación de autobús no afecte al parque más grande de la ciudad. Por su parte, el que será el vicepresidente de VVA, Adolfo Gago, ha revolucionado las formas de hacer defendiendo con firmeza las reivindicaciones del nuevo barrio de Mariturri con una activa página web. Además, el equipo directivo de la nueva federación se completa con Fernando Cuesta como secretario -portavoz de la vieja Fava- y Ángel Mesón, de El Pilar, como coordinador de la junta.

l Asociaciones desunidas. Gasteiz cuenta con un total de 34 colectivos de vecinos. Sin embargo, la Fava (Federación de Asociaciones Vecinales de Vitoria y Álava) sólo agrupa a trece. Una parte, de marcado carácter abertzale, se salió durante la legislatura de Alfonso Alonso para crear Interbarrios. Además, el pasado mes de mayo apareció en escena Vecinos de Gasteiz, integrada por ocho asociaciones y con la independencia política como bandera. l El lastre de la ideología política. Son muchos los políticos y ciudadanos que identifican la Fava con el sector más tradicional, políticamente hablando, de Vitoria. Interbarrios, por su parte, es claramente abertzale. La intención de la nueva federación, que pasará a llamarse VVA (Vecinos de Vitoria y Álava) es huir de los intereses partidistas para recuperar la confianza de los vitorianos en la labor de las asociaciones ante el Ayuntamiento y lograr el respeto de todos los partidos. l Nuevo altavoz. VVA quiere quiere ser el altavoz de la ciudadanía, y va a tener la oportunidad de ejercer como tal porque son muchos los proyectos que afectan a Vitoria y ante los que Vitoria quiere opinar: la estación de autobús en Arriaga, la redensificación de Salburua y Zabalgana, la Policía de Barrio, la recogida neumática, el servicio de limpieza, la ampliación del tranvía, el autobús urbano, el Renove o las acciones en la zona rural.