vitoria. Dos años de trámites en torno al soterramiento. El alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, calcula que ése es el tiempo que se invertirá para preparar la operación que cambiará la capital alavesa. Y el trabajo comienza ya: la nueva sociedad Alta Velocidad Vitoria-Gasteizko Abiadura Handia, constituida anteayer, tendrá su primera reunión el próximo mes de enero.
Lazcoz adelantó ayer en conferencia de prensa estos trámites, una de las lagunas que dejó el jueves el acto de presentación de la nueva sociedad. La firma en Lehendakaritza, que reunió a dirigentes del Ministerio de Fomento, el Gobierno Vasco, la Diputación alavesa y el Ayuntamiento de Vitoria, no precisó los plazos, pero sí el presupuesto para efectuar esta faraónica operación, que liberará a la ciudad de las actuales vías y las desviará hacia el nuevo corredor por el eje de Lakua, donde 6,8 kilómetros discurrirán soterrados. El montante que se baraja para este proyecto es de 511 millones de euros: los 476 que se habían anunciado hasta ahora y otros 35, incorporados por obras de urbanización.
Preguntado ayer sobre si el Ayuntamiento había aprovechado la creación de la sociedad para solventar las dudas que ha generado el proyecto del Ministerio de Fomento, centradas sobre todo en el apeadero del ferrocarril en el entorno de Arriaga, Lazcoz aseguró que no hubo tiempo. No obstante, sí destacó las comunicaciones fluidas que han mantenido las instituciones a este respecto. Aseguró, además, que salvo un impedimento técnico o económico, no ve razones para que desde Madrid no se acepten las alegaciones del Consistorio en torno a la intermodal.
La sociedad del soterramiento será la encargada de guiar ese proyecto, y su primera sesión de trabajo tendrá lugar en enero. Lazcoz, por ello, destacó que una vez firmado el protocolo de financiación y creada su gestora, está claro que "ya no se puede dar marcha atrás" en el soterramiento. El primer edil admitió también que una de las prioridades de esta operación será la convocatoria de un concurso internacional, donde arquitectos y urbanistas aporten sus ideas para diseñar qué pueden acoger los cerca de 300.000 metros cuadrados de suelo que se liberarán de las actuales vías ferroviarias. El objetivo es que, a lo largo del próximo año, se cierre el pliego de condiciones de esta consulta sobre planeamiento donde "no sólo habrá edificios".