vitoria. La revitalización económica del Casco Viejo es indiscutible. En dos años y medio, desde la puesta en marcha del plan de reactivación de la colina, el 70% de las lonjas vacías ha vuelto a levantar los párpados con servicios sugerentes: enotecas, tiendas de moda, decoración de interiores, locales hosteleros con pintxos de calidad, empresas de comunicación... Pero también es indiscutible que los vecinos siguen necesitados de espacios donde hacer la compra del día a día. Y ha llegado el momento de cubrir esa carencia. El PNV ha logrado introducir una partida en los Presupuestos que regirán Vitoria durante el próximo año para estudiar la instalación de un mercado de Abastos en el corazón de la ciudad.
"Es cierto que, en la actualidad, existen autoservicios y panaderías al uso, pero creemos que lo que abundan son las tiendas dedicadas o pensadas para el visitante, no para el propio vecindario", explica la concejala nacionalista Jone Zamarbide. El PNV ya ha puesto nombre a su iniciativa, Alde Zaharreko Azoka, y ahora confía en que el análisis que se ponga en marcha encuentre un hueco interesante en la densificada almendra medieval para instalar este pequeño centro comercial. Fácil no será, porque si algo no abundan en el Casco Viejo gasteiztarra son los espacios libres, pero el grupo municipal está seguro de que, con voluntad, su propuesta llegará a buen fin.
Evaluadas las parcelas y elegida la más adecuada para acoger este Azoka, habrá que definir el mercado. El PNV quiere que dé un servicio digno a los residentes del Casco Viejo, pero también que ofrezca un valor añadido como reclamo para los visitantes. Quién sabe, tal vez se logre este doble efecto. En Cataluña, por ejemplo, hablan maravillas del mercado de la Boquería, del siglo XIX. Y aquí en Vitoria, el presidente de los comerciantes de Abastos, Manuel Rabasco, lleva años planteando al Ayuntamiento que el recinto se incluye en las guías turísticas. Como siempre dice, "aquí es donde está el espíritu y la forma de ser de Vitoria".
rebaja en la tasa de basura Mientras se recicla el concepto de comercio en el Casco Viejo, los vecinos afrontarán el próximo año una revolución verde. Gracias a otra aportación del PNV al Presupuesto, el Consistorio va a habilitar pequeños garbigunes en lonjas del barrio. El objetivo es ofrecer facilidades a los residentes para que les resulte más cómodo separar los residuos en origen. Como resume la portavoz del grupo, Malentxo Arruabarrena, "si Mahoma no va a la montaña, la montaña tendrá que ir a Mahoma".
Estos mini-vertederos podrán recibir desechos reutilizables -calzado, ropa, cartuchos de tinta...-, reciclables -vidrio, plástico, papel, cartón, pequeños electrodomésticos, aceites de cocina y radiografías- y materiales especiales -aerosoles, pilas y bombillas-. "Estamos convencidos de que una vez que se conozca este servicio, será muy utilizado", sostiene Arruabarrena. Además, el PNV plantea que el recurso "pueda llevar a desgravar en la tasa de recogida de basuras en función del nivel de uso". Todo un acicate para que la respuesta del vecindario sea generosa.