vitoria. El currículo de Ignacio Ramonet habla por sí solo. Especialista en geopolítica, consultor de la ONU, profesor de Teoría de la Comunicación, director de Le Monde Diplomatique en español, autor del controvertido libro Fidel Castro: biografía a dos voces... Ayer, volcó parte de esa experiencia en el primer congreso europeo de proximidad, participación y ciudadanía en Vitoria. Este ideólogo rompió una lanza por la necesidad de evolución de la democracia. Poco antes de la entrevista, sobre un muro habilitado en el Palacio Europa para dejar mensajes, escribió su particular petición: "¡Más democracia participativa!". Así, entre exclamaciones.
¿Se ha perdido el sentido de la democracia?
Sí. La democracia cada vez parece algo más alejado de los ciudadanos. Se ve en el aumento de la abstención.
¿El absentismo preocupa a la clase política o sólo se ve como un problema cuando afecta a sus fieles?
Llega un momento en que incluso los fieles en cuestión no votan.
En Vitoria, por ejemplo, se tiene la percepción de que se vota más al candidato que al partido.
Un partido funciona en base a sus estrellas. Antes se votaba por un programa, pero ya no. Se ha pasado del ciudadano al que hay que convencer al ciudadano que hay que seducir.
Usted es de aquellos que afirman que la democracia es el sistema político menos malo.
Sí [categórico].
Cada día en el Ayuntamiento de Vitoria están más presentes las elecciones municipales. ¿Ahora, por las críticas y las promesas, es cuando la democracia se pone a prueba?
Claro, claro. La época de elecciones es época de críticas y programas. Sin embargo, si hicieras una encuesta a la gente sobre esos programas, habría una minoría de respuestas coherentes.
Usted también es muy crítico con los medios de comunicación.
Hay muchos problemas en el periodismo actual. El primero, el tecnológico. La información se ha acelerado, pero esa instantaneidad no da tiempo a la reflexión. Además, los medios han aumentado su competencia y se han multiplicado, sobre todo a través de Internet...
Aumenta la cantidad, pero no la calidad.
Exactamente. Nunca ha habido tantos rumores, manipulaciones e información oculta como hoy en día.
Si queremos ciudadanos que participen en los asuntos de la ciudad, ¿ese mensaje no puede paralizarles?
Los ciudadanos deben participar conscientemente. Igual les compensaba quedarse en casa viendo un partido de fútbol pero, si lo hacen, luego no podrán quejarse porque se implante esto o aquello. De todas formas, creo que no hay que tener miedo a participar.
Sin embargo, participar se asocia más a crítica que a debate.
Es verdad. La participación no es sencilla. Pero ahora, en todo el mundo, la gente no quiere que sólo le pregunten su opinión una vez cada cuatro años. Eso no funciona. La democracia no es fácil; es algo más que ser un dictadorcito durante cuatro años. Por eso debe haber diálogo.
Sin embargo, el concejal gasteiztarra de Urbanismo ha acuñado ya una frase, ante las dudas sobre los proyectos estratégicos: "Si consultáramos a la gente por cada cosa que hacemos, no haríamos nada".
Es posible, es posible.
Entonces, ¿sobre qué hay que consultar a los vecinos y sobre qué no?
La clave está en cumplir tu programa y, luego, consultar sobre otras cuestiones no incluidas en ese programa. Pero la participación no sustituye a la responsabilidad de los electos. La política no es una ciencia exacta. Hay que asociar las decisiones lo más que se pueda a la población, pero lo importante es que los ciudadanos cuenten con las herramientas necesarias para participar, si es que quieren hacerlo.