Vitoria. El traspaso financiero de ocho millones de euros para costear las obras del tranvía trajo cola ayer en la Casa Consistorial. La oposición, en conjunto, ha mostrado sus dudas en torno a la maniobra ejecutada por el gabinete Lazcoz que, tras el apremio del Gobierno Vasco, ha tenido que reordenar las Cuentas municipales para que ciertas partidas estratégicas cedieran peso en favor de unos pagos por las obras del tranvía que, en principio, iban a abonarse entre 2006 y 2008. Las interpretaciones de esa maniobra, no obstante, varían.

EA sostiene que se hizo para no reconocer el déficit municipal, EB la ve como la confirmación de que los Presupuestos a menudo se quedan en papel mojado y el PNV advierte de que es legal, pero que fuerza al equipo de gobierno a dar explicaciones. Una situación tensa que obliga al equipo de gobierno, la próxima semana, a poner esta operación bajo luz y taquígrafos.

El grupo municipal del PP destapó anteayer este caso. La polémica surge a raíz de una carta, con fecha del 27 de mayo de este año, que el Departamento vasco de Transportes dirige al alcalde de Vitoria. En ella, el ejecutivo le recuerda al primer edil que, merced al acuerdo para la implantación del metro ligero en Vitoria firmado en mayo de 2006, el Ayuntamiento se comprometió a financiar el 17,5% de la operación. Es decir, 11,18 millones de euros. Sin embargo, el Departamento de Hacienda detectó que el Ayuntamiento aún no había abonado algo más de ocho millones a las arcas vascas, por lo que "dada la importancia de la cifra deudora", se solicita la regulación de la misma. Y advierte: si no hay respuesta, Hacienda bloqueará ciertos pagos al Consistorio. Se trataría por ejemplo, según barajaban ayer los grupos, de medidas como las AES.

Pero la polémica no queda ahí. Los grupos municipales cargan ahora contra la reacción del equipo de gobierno a esta advertencia. El PP denunció que, mientras el dinero que se reservó durante la anterior legislatura Alonso -mediante créditos de compromiso en 2006, 2007 y 2008- se gastó en otros proyectos, la Junta de Gobierno Local opta, en una reunión del pasado día 12, por crear una nueva partida que se nutre del crédito reservado en otras actuaciones estratégicas. Caso del soterramiento, la intermodal, las oficinas municipales, el Casco Antiguo o los centros cívicos de Salburua y Zabalgana.

La pregunta que ayer se volvían a lanzar desde la oposición es qué pasa ahora con estos proyectos. El gabinete Lazcoz ya argumentó que "es falso" que se vayan a ver afectados, ya que el pago a Lakua se financia a través de deuda, pero el resto de los grupos creen que esas explicaciones se han quedado cortas. El portavoz municipal de EA, Antxon Belakortu, insistió en que, con esta actuación, los centros cívicos de los nuevos barrios "se quedan sin financiación" y espera que se explique de dónde saldrán ahora los fondos ya que, como recoge un informe del interventor municipal, con esos ocho millones "se genera un defecto de financiación en los créditos de compromiso de las inversiones estratégicas".

Belakortu consideró que el equipo de gobierno demuestra "una mala gestión" con esta maniobra, ya que "hizo desaparecer sus obligaciones de pago" para que las cuentas del año pasado no dieran déficit y, ahora, cuando "viene el cobrador del frac", le ha tocado rendir cuentas.

¿para qué sirven las cuentas? Desde EB, José Navas lamentó "el caos" en que se ha convertido el Presupuesto municipal. Un documento que, en principio, debe ser la herramienta clave del Ayuntamiento y que, sin embargo, se ha convertido en un proyecto "que no sirve de nada", un juego de "sopas y letras y sudokus" que, al final, no se refleja en la realidad.

El grupo del PNV, finalmente, fue el más comedido. El socio presupuestario del PSE confió, eso sí, en que el equipo de gobierno dé las explicaciones pertinentes, tanto a los grupos como a la ciudadanía, para "evitar interpretaciones demagógicas". El concejal jeltzale Iñaki Prusilla afirmó que, en el plano político, la maniobra "no da imagen de seriedad en la ejecución del presupuesto" pero, en el técnico, se trata de una acción correcta. La medida será debatida la próxima semana en la Casa Consistorial donde, a priori, el PSE volverá a contar con el voto "por responsabilidad" del PNV. Otra cuestión, como denunció la oposición, es la imagen que este episodio deja de cómo Vitoria afronta sus pagos.