vitoria. Una nueva puerta a la ciudad ha cobrado forma en el sur. La primera fase de la urbanización de Aretxabaleta, una de las zonas con mayor expansión de la ciudad, ha lavado la cara a la carretera A-2124, que se dirige hacia el puerto de Vitoria. La operación ha permitido dotar a la zona de un nuevo carril, rotondas y, en definitiva, de un nuevo aspecto a la zona, más integrada en la capital alavesa. El Ayuntamiento espera dar por recibida la operación en las próximas fechas.
"El cambio es tremendo", explican desde el Departamento municipal de Urbanismo. Una zona que, hasta hace apenas dos años, era un paisaje más rural -no en vano, no dista del parque de Olarizu- ha pasado ahora a vestirse de aspecto urbano. Todo un símbolo de la expansión de la ciudad, algo tan esperado como criticado, puesto que vuelve a representar cómo la zona rural sigue cediendo terreno ante el avance de la urbe. Sea como fuere, este espacio ya luce rotondas -sobre plano, se preveía instalar un total de cuatro- y un segundo carril de circulación en cada sentido. En una segunda fase, se implantará la iluminación y se instalarán parques infantiles en el entorno.
Esta primera fase de la urbanización de Aretxabaleta se adjudicó en abril de 2008 a la firma Moyua por 20,8 millones de euros. El plazo de ejecución se fijó entonces en 24 meses, por lo que fuentes municipales insisten en que los trabajos afrontan ya los últimos remates.
Esta parte inicial de la urbanización se enmarca en los trámites para revolucionar el sector 19, como se conoce a la zona al sur de la ciudad que conecta con Aretxabaleta y Gardelegi. En esta zona, con una extensión de casi 814.000 metros cuadrados según los registros de la sociedad urbanística municipal Ensanche 21, el Ayuntamiento prevé construir 2.210 viviendas, un 66% de ellas de protección oficial. Se calcula que este desarrollo moverá hasta esta zona a unas 7.000 personas.
Este crecimiento se ha conocido más hasta el momento por el cambio que supondrán estos trabajos en una zona como Aretxabaleta, que se verá rodeada por esta nueva urbanización y, además, cambiará su fisionomía. Esta entidad local dio su visto bueno al derribo de varios de sus actuales edificios -en los bloques de Bustaldea, Núñez y San Miguel- para así realojar a cerca de 90 familias en nuevas viviendas. La medida no está exenta de polémica, tanto por el cambio en sí, que ha generado críticas entre vecinos del pueblo contrarios a la cesión de terrenos, como por las obras que está soportando la zona desde hace ya dos años, con problemas de seguridad -las temidas zanjas- y polvo. La urbanización del pueblo ya se acerca a su aspecto final aunque, según lamentan algunos residentes, con más hormigón y menos verde del esperado.
el tráfico en el sur La reforma de la carretera que discurre paralela al pueblo es un símbolo de la transformación de este entorno. El tramo de la calzada más cercano a Vitoria ya anticipa el diseño urbano de este entorno. Vecinos de la zona sur consideran, no obstante, que la transformación de la carretera evitará colapsos en la llegada a la ciudad desde Logroño de quienes se desplacen fuera durante los fines de semana pero, mientras, desde asociaciones vecinales como Hegoaldekoak se preguntan cuándo el Ayuntamiento se planteará cómo solventar el tráfico en el sur -el cambio de la calle Zumabide, por ejemplo, no llega-, que temen que se colapse en unos años por la proliferación de obras en el norte y el crecimiento de barrios como precisamente Aretxabaleta, que cada día es menos zona rural y más entorno urbano.