vitoria. El bullicio ha vuelto, tras el parón veraniego, a la Casa Consistorial. Y, sin demasiado tiempo para coger el ritmo del nuevo curso político, los grupos municipales ya estudian para el primer examen de este cuarto y último año de legislatura: las tasas municipales. Antes de que comiencen las negociaciones, todo parece indicar que PSE y PNV van camino de reeditar el pacto sobre los impuestos, puesto que ambos están de acuerdo en que no haya una congelación general de los gravámenes en 2011. Eso sí, la exigencia clave de la formación jeltzale volverán a ser gestos de apoyo para familias y empresas.
El alcalde de Vitoria, el socialista Patxi Lazcoz, ya reconoció anteayer -durante un desayuno de trabajo con los medios ce comunicación- que, teniendo en cuenta el recorrido de la legislatura, ve más posible el acuerdo con el PNV que cualquier otro escenario. La cuestión ahora es en qué posición deja eso al resto de la oposición, puesto que la reedición del pacto entre socialistas y jeltzales dota al gabinete de la herramienta básica de gobierno en la recta final de la legislatura, aunque también facilita las críticas al resto de la oposición, que ve que el recurso fácil de Lazcoz es volver a llamar a la puerta nacionalista.
La portavoz jeltzale en el Ayuntamiento, Malentxo Arruabarrena, apuntó ayer que su partido parte con los mismos objetivos y el mismo espíritu que en 2009 para llegar a un acuerdo. Entonces, según recordó la concejala, la prioridad del PNV era "garantizar" que no se tocaran ciertas tasas que afectan a familias y empresas. En cuanto a la posibilidad de una congelación general, algo de lo que el propio alcalde no se mostró partidario, Arruabarrena admitió que es una posibilidad que "ni ahora ni nunca" han apoyado, puesto que "los impuestos son claves para mantener los ingresos del Ayuntamiento y la calidad de sus servicios".
El PP, el otro grupo clave para garantizar la continuidad del proyecto, precisamente apostó hace ahora un año por esa congelación general, algo que se encontró con la negativa de la concejala de Hacienda, Marian Gutiérrez, quien insistió en que de esta forma no se podría ni ampliar los servicios municipales ni mantener la calidad de algunos de ellos. Los populares se mantienen por el momento en silencio, a la espera de que se convoque la Ponencia de Fiscalidad, para decidir si repiten fórmula.
EB, por su parte, augura un escenario similar al de 2009. "Prevemos que el guión siga igual. Lazcoz tiene claro que su socio prioritario es el PNV, con él pactará las ordenanzas y el presupuesto, y eso convierte en una farsa el debate de enmiendas", apunta el portavoz del grupo, José Navas. El concejal ya lamentó recientemente que todas las ideas de su partido se queden fuera del presupuesto prácticamente por inercia.
EA, mientras, también apuesta por una reedición del acuerdo PSE/PNV "sobre todo porque, a cualquier cosa que presenta Lazcoz, el PNV vota que sí". No obstante, el portavoz abertzale, Antxon Belakortu, consideró que es prematuro confiar en que la economía esté remontando el vuelo y que, por tanto, no se apueste por congelar impuestos. "Es una temeridad, este alcalde se caracteriza por los sueños que tiene", asevera.
Uno de esos sueños precisamente será el intento de agilizar la negociación del proyecto presupuestario, haciéndola paralela a la de las tasas, que arrancará a finales de este mes. Desde la oposición ya ha habido voces que piden más rapidez en estas conversaciones, a diferencia de las cuentas de este año, que acabaron presentándose el 15 de febrero. Lazcoz ya adelantó que ahora pretende llegar, al menos, a un acuerdo antes de que acabe 2010. Se trata de un paso lógico convertido en rareza, teniendo en cuenta el historial del Ayuntamiento. Aunque tampoco resulta común que, a un año de las elecciones, tanto el equipo de gobierno como el PNV vean sintonía para pactar el presupuesto.