Vitoria. Arranca el último curso político de esta legislatura. El alcalde de Vitoria, el socialista Patxi Lazcoz, realizó ayer balance antes de afrontar su cuarto año al frente de la Casa Consistorial. El primer edil destacó que, a estas alturas, ya hay "elementos tangibles" de su labor por la ciudad, al referirse al impulso de los grandes proyectos. Estos elementos diferenciadores son las que, según el dirigente, ayudarán a la capital alavesa a dejar atrás la crisis, algo a lo que Lazcoz se refirió en pasado.

La economía, por tanto, fue el campo al que más se refirió el primer edil en un desayuno de trabajo con los medios de comunicación. El alcalde, que repitió las líneas de su último discurso sobre el estado de la ciudad, llegó a afirmar que tanto Vitoria como Álava "ya hemos salido de la recesión", aunque admitió que aún queda trabajo por delante para "sacar" a vecinos del desempleo.

En este sentido, adelantó que en el proyecto presupuestario para el próximo año volverán a mantenerse las líneas del actualmente vigente. Es decir, garantías para las grandes inversiones, un carácter prioritario para las ayudas a las familias e impulso para las actividades de formación ocupacional. Lazcoz admitió que, por los precedentes que han marcado la legislatura, lo más lógico es que vuelva a encontrar en el PNV una mano tendida para negociar las nuevas cuentas algo a lo que, según precisaron fuentes jeltzales, el partido está "dispuesto".

El alcalde ligó directamente la próxima negociación de las tasas -los contactos con los grupos se desarrollarán entre finales de este mes y la primera semana de octubre- a la presupuestaria, y se marcó un objetivo ambicioso: llegar a fin de año con una aprobación inicial del presupuesto. "Alguna vez se ha logrado", bromeó. En cuanto a las tasas, ya adelantó que si este año no se planteó la congelación, "desde luego" no la prevé para 2011.

Lazcoz, de esta forma, avanzó que se mantendrá firme en las líneas que han caracterizado a la legislatura, y que preparan a la ciudad para la mayor fase inversora de su historia. El alcalde aseguró que los grandes proyectos están "encauzados", aunque admitió que "algunas cosas han marchado más lentas de lo que nos hubieran gustado". No precisó cuáles.

En cualquier caso, matizó que su gabinete no apretará el acelerador simplemente para "cortar cintas", pero insistió en que se han dejado sentadas las bases de un cambio que necesita fructificar en dos legislaturas y que debía realizarse "sí o sí" para, en plena crisis, preparar a la ciudad para la revolución de las distancias que supondrá el Tren de Alta Velocidad.