vitoria. No tiene el renombre internacional de Barcelona ni es capital de país como Reijkiavic, comenzó la carrera por la sostenibilidad más tarde que Malmö, carece del título poético "ciudad del bienestar" de Nantes y Nuremberg le gana en medievalismo. Pero en la lucha por ser la Capital Verde Europea 2012 ó 2013, Vitoria ha logrado hacerse un hueco en la lista de nominados y, en una primera fase, escalar al tercer puesto. Por sus méritos inherentes, como el cinturón vegetal que la rodea, por los treinta años de política medioambiental impulsada con el consenso político y por la magnífica implicación de la ciudadanía. Así que el miércoles, cuando el alcalde defienda la candidatura de la ciudad con un discurso de 25 minutos ante un jurado en Bruselas, lo hará con esas premisas en la boca y la cabeza alta.

Bueno, y también con un interesante argumento con el que tratará de hacer valer Vitoria respecto a las localidades rivales más populosas. Según explicó ayer el primer edil gasteiztarra, Patxi Lazcoz, el 84% de las ciudades europeas tiene entre 100.000 y 500.000 habitantes, mientras que sólo en el 7% residen más de un millón. "Así que la capital alavesa puede ser la ciudad-muestra para trasladar a la casi totalidad de los gobiernos locales de la UE sus experiencias en materia de sostenibilidad. Además, siempre hemos sido una ciudad-laboratorio", defendió.

En ese contexto, el discurso ahondará especialmente en los puntos que más han llamado la atención de la Comisión Europea: el Anillo Verde, el Plan de Movilidad y el urbanismo sostenible. Y, además, se pondrá el acento en el consenso político, esa cosa tan difícil de lograr pero que ha acompañado a las actuaciones medioambientales de la ciudad desde el primer Ayuntamiento democrático. "Quiero agradecer públicamente el apoyo de la Corporación en este reto. Sobre todo porque en el tramo final de una legislatura no es habitual colaborar dando una buena imagen al gobierno de turno", explicó Lazcoz. Esa unidad se hará muy evidente en Bruselas, ya que acudirán representantes de todas las formaciones políticas del Consistorio.

Con todo, el primer edil dejó bien claro que el mérito reside, más allá del Ayuntamiento, en la ciudadanía. Porque Vitoria no sólo es verde por fuera, también por dentro, como reza el lema de la campaña puesta en marcha a propósito de la candidatura: Green inside, green outside. Por eso, tras el discurso -que irá acompañado de imágenes de la ciudad, ya que la mayoría del jurado no la conoce-, se emitirá un vídeo donde personas anónimas han puesto rostro al compromiso de los gasteiztarras con la sostenibilidad, a través de la práctica del reciclaje, el uso de la bici y el transporte público, el consumo moderado de agua, la creación de huertas ecológicas o la colocación de paneles solares en las viviendas.

Tras la intervención de Vitoria, que será la última ciudad en defender su candidatura por seguirse el orden alfabético, llegarán las preguntas del jurado, compuesto por expertos no pertenecientes a los países que se disputan el reconocimiento. Los encargados de responder serán tres técnicos municipales: Mónica Ibarrondo, responsable del Centro de Estudios Ambientales y encargada de lo relativo a la biodiversidad; Andrés Alonso, alto cargo del Departamento de Medio Ambiente, que se examinará de políticas sostenibles y lucha contra el cambio climático; y Alfredo Piris, gerente de Ensanche 21.

¿Probabilidades de ganar? "Va a ser extraordinariamente difícil", reconoció Lazcoz. Las estrechas relaciones internacionales que mantienen ciudades como Malmö, Barcelona -que creó un departamento específico dentro de su Ayuntamiento a raíz de los Juegos Olímpicos- o Reijkiavic "conllevan una ventaja con la que es muy difícil competir". Incluso aunque haya dos posibilidades de lograr el título: para 2012 o para 2013. No obstante, Vitoria cuenta desde ayer con una baza. San Sebastián, que se postula a Capital Europea de la Cultura 2016, aprobó un acuerdo de apoyo a la candidatura gasteiztarra. "Así que ya tenemos la ayuda de los amigos europeos de Donostia", subrayó el alcalde con una sonrisa.

El ganador se conocerá el 21 de octubre en Estocolmo, la ciudad que sustenta el título este año y a la que seguirá Hamburgo el próximo. Si Vitoria logra desbancar a una de sus dos bestias negras, Barcelona o Malmö, deberá hacer frente al compromiso de rebajar en un 20% los gases de efecto invernadero para 2020 y será la anfitriona, durante el año de su reinado, de conferencias temáticas de ámbito internacional.