vitoria. Los vitorianos lo tienen muy claro y prefieren desplazarse por la ciudad en sus vehículos particulares. Contraviniendo las tendencias que tratan de imponerse para un uso racional de los recursos existentes en materia de movilidad, los ciudadanos siguen usando mayoritariamente el coche, y lo hacen encima en solitario, con un único pasajero a bordo.
Pese a las trabas puestas por el Ayuntamiento gasteiztarra para tratar de impedir el acceso al centro de la capital alavesa en vehículo propio, peatonalizando carreteras o aumentando las tarifas de la OTA, cuando el desplazamiento no se produce a pie, el coche sigue siendo de lejos el medio de transporte preferido por los vecinos, especialmente si se debe a motivos de trabajo. Así se desprende del Anuario Estadístico del año 2009, que analiza los hábitos de los vitorianos en esta materia.
Sin bien cabe recordar que este estudio se ha realizado antes de la activación de las nuevas líneas de Tuvisa, sorprende la gran diferencia que existe entre el uso del coche y del transporte público, al que llega a triplicar. Como apuntes de este informe que analiza los modos de vida, cabe destacar que los hombres se revelan como los principales defensores del viaje en coche en solitario, puesto que casi duplican al número de mujeres que se desplazan de esta forma -un 20,7% ellos, un 11, 4% ellas-.
Todavía faltan datos suficientes para valorar si la activación del Plan de Movilidad Sostenible pone fin al abuso reiterado del vehículo particular en la ciudad, aunque las cifras recogidas antes de su puesta en marcha no eran demasiado esperanzadoras. A lo largo de 2009 los autobuses urbanos registraron 10,54 millones de usos, por debajo de los 12,6 millones de 2008. También hay que tener en cuenta que el tranvía trasladó ese mismo año a 4,5 millones de pasajeros, aunque la suma arroja como conclusión que el transporte público está todavía lejos de desplazar al privado.
En la actualidad el parque de vehículos en la capital alavesa es de 139.053, una cifra que continúa creciendo pese a la guerra al coche declarada por el Consistorio vitoriano. El mayor número de vehículos se acumula en barrios como Lakua-Arriaga o Sansomendi, donde hay cerca de 27.000 registrados, aunque no es precisamente en estas zonas donde resulta más difícil encontrar un sitio para aparcar. En este sentido, son sobre todo en el Casco Viejo y Judimendi los lugares con menos plazas de aparcamiento en comparación con la superficie destinada para uso residencial. Le siguen también Gazalbide, Arana o Coronación, mientras que los nuevos barrios como Lakua, Salburua o Zabalgana se erigen los barrios que menos sufren para dar con un sitio libre donde estacionar el vehículo.
Precisamente para aliviar de coches los barrios más saturados, este mismo año el Ayuntamiento ha puesto en marcha la nueva OTA, que diferencia ahora entre plazas azules o de rotación, que obligan a cualquier usuario a pagar por aparcar durante un máximo de 90 minutos; las verdes o de residentes, que exigen ticket salvo a los vecinos y comerciantes con su correspondiente tarjeta; y las zonas exclusivas para residentes sobre todo del Casco Viejo, que se regulan con señalización vertical.
Al margen de los autobuses urbanos o el tranvía, otros medios de transporte alternativos también siguen siendo todavía minoritarios en la ciudad. De hecho, pese a los esfuerzos puestos por tratar de aumentar los kilómetros de carriles exclusivos, el empleo de la bicicleta sigue siendo residual, y por ejemplo sólo el 2,5% de los desplazamientos que se hacen diariamente al centro se realizan sobre este vehículo.
El Plan Director de la Bicicleta elaborado por el Ayuntamiento gasteiztarra busca precisamente invertir esta tendencia para que los ciudadanos apuesten cada vez más por este medio de transporte ecológico. De aquí a 2015 se va a echar a rodar una larga lista de inversiones para crear condiciones necesarias que permitan afianzar el vehículo más limpio jamás creado en detrimento del coche. El objetivo establecido es que en una década los pedales protagonicen el 15% de los traslados.
La principal medida que contiene este plan pasa por la mejora de las infraestructuras actuales. El Consistorio tejerá a modo de telaraña una red de bidegorris, que pasará de los 97 kilómetros actuales a 148 para conectar toda la ciudad de manera segura y funcional. Rodar será más fácil y también estacionar, ya que se crearán 1.562 aparcabicis con un total de 13.565 plazas, un 73% más de las que ahora existen en la ciudad. Esta actuación se sumará al impulso del servicio municipal de préstamo de las bicis naranjas, que tan buenos resultados ha dado hasta ahora.