VITORIA.- Las quejas de los vitorianos se dirigen en su mayoría al tiempo de espera que tienen que dedicar a que el metro ligero pase. A ello se suman los fallos que se producen en los sensores de los semáforos del tranvía. Ambas circunstancias provocan una descoordinación en los dispositivos.

El caso es que la hipersensibilidad de los sensores utilizados para regular los semáforos del tranvía no son fiables ante los cambios de temperatura y humedad que se producen. Así por ejemplo, en los cruces como el de la rotonda de Abetxuko, Portal de Arriaga y Duque de Wellington, un semáforo en rojo impide pasar a los conductores ya que el sensor se queda activado antes del cruce, por lo que aunque el tranvía no haya hecho acto de presencia, éste se prepara para su paso deteniendo a los vehículos. En otros casos, el dispositivo situado después de la intersección, el que se encarga de dar el verde a los coches, no pasa a posición on. Por eso, el regulador cree que el metro ligero no acaba de atravesar la zona, así que detiene el resto del tráfico hasta que vuelva a tener la sensación de que todos los vagones prosiguen su camino.

"Es un auténtico desastre, llega un momento en el que no sabemos si viene o no viene y estamos constantemente parados perdiendo el tiempo", asegura uno de los afectados, Pablo. Además, en zonas como en la rotonda de Portal de Foronda los atascos son una rutina. "Estamos constantemente en obras y no se consigue adaptar el tranvía a la capital. Si se hubiera hecho un túnel en esta zona quizás el tráfico sería más fluido", afirma Iñaki.

Esto causa, además de esperas inusuales, el aumento de las infracciones por parte de los conductores. Muchos a primeras horas de la mañana se saltan los semáforos para poder ahorrarse unos minutos pudiendo causar algún que otro accidente. "Ser puntual muchas veces es una odisea. Se deberían poner medidas para agilizar de alguna manera la situación y así quizás la población no se desesperaría tanto", recalca Oscar. Otros, muestran su disgusto hacia la construcción de este transporte y el funcionamiento de los semáforos. "Estamos dos minutos en verde, diez en rojo esperando y cuando ya estás en marcha tienes que andar con mil ojos para esquivar la congestión de tráfico. No es normal y no entiendo como los responsables no muestran un poco más de responsabilidad en este tipo de casos ya que el tranvía se supone que es un avance, no una manera de atrasar el ritmo de la ciudad", afirma Raiko, un joven que ha enviado varias quejas al buzón ciudadano de la página web municipal.

Soluciones Al parecer acordar a qué institución le corresponde solventar las alteraciones de los dispositivos va para largo. El Consistorio plantea que sea EuskoTran la que solucione el problema ya que considera que es la empresa la competente para hacerse cargo de los sensores. Además, se defienden de las críticas declarando que todos estos contratiempos se producen de forma "muy puntual" debido a las altas temperaturas que se han soportado durante estos días en la capital alavesa, por lo que resultan muy difícil de prever. Por otra parte, desde la institución local se asegura que en el caso de que este tipo de dificultades sigan sin resolverse, se plantearía el hecho de tener que levantar el suelo para arreglar los sensores. Mientras, para apaciguar los ánimos de la población, se expone que ante una espera excesiva, hay un aparato que deduce el tiempo y hace que vuelva a haber una regulación semafórica.

Por su parte, la empresa ferroviaria EuskoTran tiene muy claro que esta materia no es cuestión suya y que debería ser el propio Ayuntamiento el que debería tomar cartas en el asunto para poder dar respuestas a las protestas de los ciudadanos. Así que, de momento, los sensores seguirán mandando información errónea al ordenador central de Tráfico.

Sólo falta esperar a que alguien se quiera responsabilizar sobre este tema y se dejen de echar balones fuera. "Al final los que salimos perjudicados somos los ciudadanos que intentamos seguir con nuestra rutina diaria y estos nuevos mecanismos nos lo impiden. Esto nos hace plantearnos si los avances tecnológicos son una mejora para la sociedad de hoy en día", aclara Lourdes.