Labastida. "Dicen por ahí que la crisis está afectando al turismo. Será en otros sitios, porque desde luego a Labastida, este fin de semana, ha venido una cantidad enorme de visitantes, ¡Cómo nunca!". Así resumía un blusa lo que este fin de semana ha ocurrido en esta localidad de Rioja Alavesa, donde al buen tiempo se le unía ser una de las dos localidades de la comarca con actos festivos y ofrecer, además, un amplio programa con el que dejar el aburrimiento en casa.

El día comenzó con "empalmada", ya que a las 08.30 horas varias calles ya estaban cerradas para poder correr las primeras vaquillas de las fiestas, donde, afortunadamente, no hubo que lamentarse ningún susto salvo algunos "saltos" de los jóvenes sobre las barreras para protegerse de las embestidas.

También ayer, como se celebraba el día grande, en la parroquia hubo dos misas. Una fue a las 10.30 horas, a la que siguió un pasacalles de la banda de música Marrate mientras se procedía a la apertura del parque infantil que se ha instalado en las piscinas municipales, para quienes no han renunciado ni al agua ni a la fiesta. La otra comenzó su ceremonia a las 12.00 horas con la procesión de las Reliquias, bajo cuya advocación se celebra la fiesta.

Éstas pertenecen a los Santos Mártires de San Pedro de Cardeña, en Burgos, y según cuenta la historia parece ser que en el año 934, el califa de Córdoba Abd al Rahman III realizaba una de sus más duras campañas contra territorio cristiano. En ella atravesaba la provincia castellana de este a oeste. Sería de camino a Burgos cuando recibe la noticia de la existencia del monasterio de Cardeña. Allí se fue para matar a los monjes y quemar todas sus posesiones. Los documentos cristianos verifican los 200 monjes martirizados en el ataque al edificio. Fueron canonizados en 1603, acontecimiento que suscitó una fuerte demanda de reliquias, de las que algunas fueron a parar a Labastida.

Tras la procesión se regresó a la iglesia, donde se celebró una solemne misa cantada, y después a la calle, a seguir disfrutando del poteo. Y allí, una de las protagonistas fue la sidra, cuyas botellas se veían pasar de mano en mano para demostrar quién escanciaba mejor.

La tarde comenzó tranquila, con la apertura de los juegos infantiles en la piscina y un festival de pelota profesional, que enfrentó a Rico IV y Urrizelki contra Belloso y Beobide y, a continuación, a Arretxe III y Patxi Ruiz contra Urrutikoetxea y Beloki.

A su término, la calle comenzó de nuevo a moverse. Unos fueron a la plaza, donde estaba la orquesta Jamaica, mientras que los más jóvenes se desplazaban a las barracas, para disfrutar de los diferentes aparatos que se habían instalado en la explanada de la ikastola. Un grupo de chicas comentaba que lo mejor de estas fiestas, además de la bajada del Pellejo "son las barracas porque vienen muy pocas veces y el zurracapote, bien frío, bebido en los chamizos o el que hacemos nosotras".

La fiesta todavía tiene dos días por delante, ya que la subida del Pellejo está prevista para las 2.00 horas del miércoles. Ese día habrá vaquillas, un almuerzo por la Asociación Cultural Zazpiturri, un concierto de jotas con Alma Navarra y el concurso de patatas con chorizo. La tarde ofrecerá un concurso de mus relámpago, verbena y, en el intermedio de la música y un bingo popular.