vitoria. La ampliación del aparcamiento de pago en Vitoria cayó como un jarro de agua fría entre los vecinos de las juntas. Sin tarjeta de OTA ni autobús, las dificultades que tendrían para aparcar su vehículo de forma gratuita en sus viajes hasta la ciudad se dispararían. Por eso, el Ayuntamiento accedió a distribuir cartulinas entre los residentes de veinte de las 63 entidades locales sin servicio de transporte público. Y entonces sucedió lo inesperado: apenas sesenta personas las solicitaron. Una cifra que la presidenta de la zona rural, Miren Fernández de Landa, atribuye a las calles escogidas. "Están lejos de los centros de trabajo, los ambulatorios y los colegios, así que la gente no quiere pagar ese bono para luego coger el urbano.
A su juicio, debería haberse tenido en cuenta la peculiaridad de la zona rural y haber estudiado los casos grosso modo antes de seleccionar las calles. En cualquier caso, Fernández de Landa recordó que este sistema es "sólo un parche" a la espera de la implantación de transporte público. Por ahora, siguen sin noticias del estudio que debía elaborar el Aula de Ecología Urbana de Barcelona para diseñar las líneas de bus.