Vitoria. El Síndico recibe cada año una buena pila de quejas ciudadanas. Ya sean por multas de tráfico que a los conductores se les antojan mal puestas, la existencia de prostíbulos en comunidades de vecinos o ruidos de bares abiertos a destiempo. Según la última memoria, del 1 de marzo de 2009 al 28 de febrero de 2010, la defensoría del vecino abrió 179 expedientes, a los que se sumaron otros seis sin cerrar de la etapa anterior. Y, como ya es habitual, el Casco Viejo volvió a liderar el ranking, con 20 reclamaciones, seguido por las 18 del Ensanche y las 12 de Lakua-Arriaga.

En cuarto lugar se coló por primera vez Zabalgana, con diez quejas, un puesto llamativo para el Síndico por ser éste "un barrio de reciente formación". No obstante, si se tienen en cuenta las quejas que las asociaciones de vecinos de esta zona de Vitoria han hecho públicas en el último año no resulta extraña esta posición. Los robos en garajes y camarotes y las deficiencias de nuevas viviendas han protagonizado muchas noticias.

Las reclamaciones tratadas por el defensor del vecino en Vitoria entienden de barrios, pero no tanto de sexos. De las quejas recibidas, 85 las presentaron hombres, 74 mujeres y 10 llegaron de la mano de colectivos. Un dato este último satisfactorio desde el punto de vista del Síndico, puesto que "son organizaciones consolidadas que cuentan con sus propios medios para satisfacer las necesidades que se les puedan presentar".

Además de abrir expedientes, el Síndico también emitió un generoso rosario de resoluciones al Ayuntamiento, 193, para satisfacer las quejas ciudadanas recibidas. Los departamentos con más toques de atención fueron Urbanismo y Seguridad Ciudadana, con 35, e Intervención Social, con 34. Unas cifras que ponen de manifiesto la situación de crisis que golpea a Vitoria. Por detrás, se situaron las 29 encomiendas a Hacienda, las 21 a Medio Ambiente, y las once a Tuvisa.

De todas esas resoluciones, 46 se transformaron en recomendaciones a los distintos departamentos. Y de éstas, el Ayuntamiento aceptó el 52% en su totalidad y el 9% parcialmente, rechazó el 22% y no contestó al 17%. Un balance que no difiere demasiado del registrado en memorias anteriores. No es fácil que los políticos den su brazo a torcer y es habitual que la defensoría del vecino deba insistir. En cualquier caso, la realidad indica que es mejor probar que rendirse. Para exponer una queja, basta con acudir a la sede del Síndico, en la calle San Prudencio, o contactar a través de su correo electrónico, fax o teléfono.