vitoria. El Casco es Viejo por su historia. Por eso, el corazón de Vitoria concentra las viviendas más antiguas de la ciudad. Muchas de ellas han visto pasar varios siglos y en muchas el paso del tiempo ha tenido graves efectos. Cuando la Agencia para la Revitalización Integral de la Ciudad Histórica (Arich) realizó un informe para ganarse los fondos Urban de la Unión Europea, y así impulsar un sinfín de mejoras, ofreció datos elocuentes: 326 casas estaban fuera de ordenación o en situación de infravivienda, ocho inmuebles en ruina, 84 se encontraban en mal estado y la salud de otras 92 era regular. Además, en 25 años, de las 2.074 actuaciones de rehabilitación registradas en la colina, únicamente 309 habían sido impulsadas desde la iniciativa pública. La ciudad había dado la espalda al patrimonio doméstico de la almendra y tocaba recabar recursos económicos para enderezarlo. Una decisión que ya ha comenzado a notarse en forma de andamio.

Sólo el año pasado, la Agencia destinó 943.774 euros en subvenciones para la rehabilitación de viviendas privadas. Y esa importante cantidad de dinero se tradujo en un total de 62 actuaciones. De éstas, 20 consistieron en reformas estructurales de edificios repartidos por calles tan diversas como Barrenkale, cantón de la Soledad, Correría, Escuelas, Nueva Dentro, Nueva Fuera, Pintorería, Arquillos, Postas, Santa María, Santo Domingo, Chiquita y Zapatería. Cinco obras culminaron con el fin de barreras arquitectónicas gracias a la colocación de ascensores y otros 37 trabajos otorgaron condiciones de habitabilidad dignas en viviendas particulares.

Este ritmo ya no va a parar. El gerente de la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica, Gonzalo Arroita, calcula que de aquí a 2014, cuando se agoten los fondos Urban, se habrán acometido más de 200 actuaciones de rehabilitación de viviendas privadas gracias a la buena acogida que han recibido las subvenciones. Las ayudas pueden llegar a cubrir hasta el 50% del coste de la obra y, además, los requisitos para poder acceder a éstas no son exigentes. Para empezar, basta con acudir a la sede de Arich, en la Plaza Nueva, con la escritura de propiedad, la declaración de la renta, el libro de familia y el DNI. Luego será la sociedad municipal la que se encargue de guiar a los vecinos en el proceso de obtención de la licencia de obra, si es que puede lograrla, y demás trámites.

En cualquier caso, la rehabilitación de viviendas particulares es sólo una de las patas en el planning de mejora de las condiciones de vida de los vecinos del Casco Viejo. Otro de los pilares que ya se ha puesto en marcha es el particular Plan Renove de la colina. La Agencia de Revitalización encargó en febrero el diseño en 26 semanas del proyecto de derribo y reconstrucción de viejos edificios de la colina. La primera fase de esta operación urbanística abarca los portales 1 y 3 de Nueva Dentro, los números 98 y 100 de Zapatería, los inmuebles 127 y 190 de Correría, y el 133 de esta misma calle. En total, esta intervención afectará a 50 propiedades, todas ellas calificadas como unidades de ejecución pública (UEP) desde el año 1982.

¿Y qué significan esas siglas? Pues que, para renovar las viviendas, el constructor debe, por norma, retranquear el bloque; es decir, guardar una separación mínima entre el edificio y el límite de la parcela. Debido a esta exigencia, los pisos resultantes de la reconstrucción son más pequeños que los de los viejos bloques, de manera que a ningún promotor le sale rentable la operación. Por ello, la Administración se hace cargo de la ejecución de la obra. En cualquier caso, el problema es que cuando a un piso le cuelgan la etiqueta UEP, su propietario tiene limitaciones para acceder a ayudas para reformar la vivienda, dado que está sujeta al programa de rehabilitación.

nuevas generaciones Eso ha hecho que algunos vecinos del Casco Viejo hayan padecido esta situación más de 25 años. No obstante, gracias a la actuación puesta en marcha, la Agencia de Revitalización acordará con los afectados traslados a medida: podrán irse a otro piso en la colina o fuera de ella y hacer las maletas de vuelta cuando el Ayuntamiento construya el nuevo bloque, o mudarse definitivamente y dejar el viejo piso en manos del Consistorio.

Los jóvenes también están en el punto de mira de las actuaciones en viviendas de la Agencia, ya que ellos constituyen una importante herramienta de revitalización y dinamización del Casco Viejo. La sociedad ya ha adquirido el número 20 de Pintorería, el 91 de Cuchillería, el 14 de Chiquita, y los portales 21, 23 y 32 de Nueva Dentro para rehabilitar los edificios y convertirlos en viviendas para las nuevas generaciones.

Con ese mismo afán, se ha impulsado la fórmula del youth hostel. Los portales 87, 89 y 91 de la calle Cuchillería abrirán sus puertas en verano del año que viene reconvertidos en un albergue. La iniciativa, gestionada por la Fundación Catedral Santa María con el respaldo de la Arich, permitirá dar respuesta a la necesidad de vivienda de universitarios y jóvenes trabajadores, satisfacer a los turistas y ofrecer cama a los peregrinos del Camino de Santiago. Además, la UPV ya ha comenzado a trabajar con la Agencia para intentar que las calles de la almendra acojan, o bien pisos de estudiantes, o una residencia que aumente la capacidad de alojamiento de la capital alavesa.