LOS huertos ecológicos están de moda. El Ayuntamiento renueva cada año a 68 adjudicatarios de una de las 300 parcelas que gestiona en Abetxuko y Olarizu y, en la última convocatoria, la lista de solicitantes llegó a las 400 personas, entre las que destacó la creciente presencia de jóvenes aficionados al agro. Para dar cabida a estas nuevas solicitudes, el Departamento municipal de Medio Ambiente pretende regular de nuevo el funcionamiento de los huertos, para asegurar la diversidad de los participantes, algo que ya ha generado rechazo entre los integrantes más veteranos y los usuarios actuales de esta iniciativa municipal.

"Después de que he adecentado la huerta, la he abonado, he instalado un sistema de goteo y he superado dos inundaciones, ahora me la quitarán para dársela a gente joven. No he tenido tiempo ni de disfrutarla". Manuel Durán es usuario de las huertas de Abetxuko desde hace cuatro años y, ahora, teme que pueda quedarse sin afición por la intención del Consistorio de establecer un límite de cinco años en la cesión de la parcela. Recuerda que, cuando se apuntó a las huertas, en su promoción hubo 35 personas "y la única condición era no superar unos niveles de renta, ser jubilado y asistir a un curso de iniciación". Entonces apenas había demanda, así que accedió directamente al terreno. Ahora, las peticiones han crecido de tal forma que el sistema funciona por sorteo.

La iniciativa de las huertas ecológicas, gestionadas por el Centro de Estudios Ambientales, arrancó hace ya doce años como una iniciativa para facilitar la recuperación de la ribera del Zadorra y para promocionar la agricultura ecológica, pero en sus inicios estaba centrada en personas mayores sin actividad laboral. Hasta el momento, el sistema funcionaba con concesiones por un año que se iban renovando cada ejercicio. Sin límite de tiempo. Sin embargo, el aumento de la demanda a raíz del interés creciente por la alimentación sana, así como la diversidad de los solicitantes -ahora hay huertas para mayores, para colectivos y para el público en general-, ha propiciado que el Departamento municipal tome cartas en el asunto para reordenar estas concesiones.

El objetivo, según confirman fuentes municipales, es establecer un límite de uso de cinco años, para así facilitar la constante renovación de los beneficiarios. Además, cuando salgan nuevas plazas, éstas se dividirán entre dos grupos, según explicaron a este rotativo fuentes del CEA: la mitad de esas 68 plazas serían para personas de 18 a 55 años, y la otra mitad para mayores. Sin embargo, nunca llueve a gusto de todos, y esa propuesta ha generado duras críticas por parte de los usuarios actuales de los huertos.

Varios representantes del colectivo incluso se reunieron con la concejala de Medio Ambiente, la socialista Alba Cañadas, para mostrarle su malestar. Y es que, en el caso de Durán, duda de que al final sean los jóvenes quienes cultiven esos huertos, sino "más bien sus padres o sus abuelos". Además, explica que los usuarios están descontentos porque "si hubiésemos sabido que había un límite de tiempo, igual no nos hubiéramos presentado. Y, sobre todo, no habríamos dedicado tanto tiempo a la huerta", donde muchos pasan mañana y tarde, de lunes a domingo. Sin descanso.

Desde el Ayuntamiento, mientras, se asegura que la nueva regulación de las huertas únicamente afectará, de momento, a los usuarios que llevan doce años en la iniciativa. Además, justifican que el único objetivo del equipo de gobierno es únicamente dar cabida a nuevos aficionados. Una característica habitual en la gestión pública que, sin embargo, deja a ciertos ciudadanos en pie de guerra: "Nos movilizaremos si hace falta".