vitoria. La fascinación de Andrés Perea por Vitoria no tiene precio. El arquitecto que quedó segundo en el concurso del diseño del Palacio de la Música, Congresos y Exposiciones y que ha acudido a los tribunales para escalar al primer puesto tiene tantas ganas de construir su proyecto que, en el caso de salir victorioso, está dispuesto a que al Consistorio le cueste muy poco el cambio de planes. "El señor alcalde ha dicho que espera que prime el interés general, insinuando que el dinero invertido hasta ahora caería en saco roto, pero eso no va a pasar", aseguró ayer.
El Ayuntamiento ha gastado ya 4,4 millones de euros pero, según calcula Perea, de esa cantidad sólo 2,208 millones han llegado al bolsillo de Mariano Bayón, el arquitecto que le arrebató el primer puesto por una pequeña diferencia de 1,28 puntos. El montante le sale al aplicar las bases del concurso, que establecen la obligatoriedad de abonar al vencedor el 30% del precio total a la entrega del proyecto básico, el único con el que cuenta el Consistorio a la espera del de ejecución, que finalizará esta primavera. Por tanto, el resto del dinero se ha distribuido entre los honorarios de la ingeniería Idom y el experto de sonido Yasuhisa Toyota. Y el cambio de arquitecto, de producirse, no supondría tirar esta otra cantidad a la basura, ya que Perea tendría que trabajar con ellos. "Sea quien sea el adjudicatario, esos millones se habrían invertido igualmente bien", subrayó el demandante.
Además, resulta que el proyecto de Perea es más barato que el de Bayón, 1,06 millones de euros. Por tanto, de acuerdo con el planteamiento previo, el triunfo del arquitecto finalista en los tribunales le supondría al Ayuntamiento haber gastado para nada 1,148 millones de euros. No los 4,4. Y puede que ni siquiera esa cantidad. El madrileño -con ascendencia alavesa- está dispuesto a hacer, todo lo que pueda, la vista gorda: "Probablemente haya trabajos realizados que serán útiles sea quien sea el adjudicatario, y en caso de ganar finalmente yo el concurso, esta cifra de 1,148 millones sería negociable".
Calculadora en mano, Perea subrayó que los vitorianos "pueden estar muy tranquilos". El varapalo jurídico no persigue un golpe a las arcas municipales. "No hay mayor interés general que el que las cosas se resuelvan conforme a la Ley y al Derecho", señaló. Por eso ha recurrido a los tribunales. El lunes tuvo lugar la vista preliminar, un encuentro cara a cara con el Ayuntamiento en el que los abogados del arquitecto trataron de demostrar que el jurado arrebató a su cliente 24 puntos: dos en coherencia presupuestaria, siete en funcionalidad y quince en calidad acústica, capítulo polémico.
La defensa de Perea aseguró que Toyota, el ingeniero contratado por el Consistorio para afinar el futuro auditorio y encargado de evaluar el apartado del sonido en el concurso, dio un cero al madrileño por presentar un diseño que no encajaba con el prototipo del japonés "a pesar de que el pliego de condiciones abría las puertas a otro tipo de modelos de sala". Además, en lugar de cuantificar cada uno de los parámetros relacionados con la acústica, se limitó a dar una nota global. Ésas son, para Perea, las "irregularidades" más destacadas del concurso y está convencido de que la juez sabrá verlas.
El lunes aseguró mostrarse "satisfechísimo" por lo sucedido en la vista oral. Cree que sus abogados y sus dos testigos estrella, el decano del Colegio de Arquitectos de Asturias y el prestigioso ingeniero de sonido Higini Arnau, le llevarán a la victoria. El alcalde opina lo contrario.