vitoria. La relación de los bicicleteros con los vehículos y los peatones es conflictiva. La culpa la tiene la falta de educación en esta materia, pero también la carencia de normas que regulen este medio de transporte. Y ese vacío se mantendrá hasta, por lo menos, el año 2015. La concejala responsable de Medio Ambiente, Alba Cañadas, anunció ayer que el Ayuntamiento elaborará la ordenanza una vez que finalice el Plan Director de la Bicicleta, "cuando la movilidad ciclista esté ordenada y planificada".

Cañadas es consciente de la difícil relación que ahora mantienen los distintos modos de transporte en una ciudad que, cuando se planificó, no pensó en la bici. Sin embargo, tiene algo muy claro. "Yo no puedo obligar a nadie a ir por el carril-bici ni sancionarle si la infraestructura que tiene Vitoria no es la adecuada". De ahí que haya decidido posponer la mano dura hasta que concluyan las actuaciones previstas en el Plan Director de la Movilidad Ciclista, una decisión que se compensará con el impulso a campañas de educación, sensibilización y concienciación.

"No podemos adelantarnos y agobiar ya a la gente", continuó la concejala, quien, no obstante, matizó que si en el transcurso de estos próximos cinco años la revolución ciclista es palpable a pie de calle "podría barajarse tomar algunas medidas". La prudencia es el nuevo leit motiv del equipo de gobierno socialista, que a mediados del año pasado manifestó su intención de prohibir que las bicicletas fueran por la acera antes de completar la red bidegorris.