Vitoria. ¿Cómo se siente un gasteiztarra deportista al oír al alcalde decir que quiere convertir Vitoria en la ciudad del deporte?
Creo que el deporte es un buen recurso para promocionar Vitoria en el exterior y para fortalecerla, pero también hay que mirar qué posibilidades hay, y determinar si va a ser una ciudad del deporte de aquí, del deporte de fuera...
O sea, que ve muy verde el proyecto Kronos, que es como el equipo de gobierno ha bautizado su estrategia.
Se lleva oyendo mucho tiempo el tema de Kronos, pero están tardando en materializarlo. Se está terminando la legislatura y aún sigue ahí. Creo que la idea es buena, pero desde mi punto de vista llevarla a cabo no es un trabajo nada fácil.
Empecemos entonces por la pregunta base. ¿Vitoria tiene potencial para ser ciudad del deporte?
Vitoria es la capital de Euskadi, así que sólo por eso debería tenerlo. No obstante, Bilbao y Donostia parece que tienen más peso que Vitoria en Euskadi, y eso ha hecho que Vitoria se haya quedado atrás, no sólo en el ámbito deportivo, sino en otros aspectos. Sin ir más lejos, el aeropuerto. Para traer deportes de élite hacen falta grandes inversiones. Mucho potencial económico. Y eso es bastante complicado.
Por lo que dice, parece que no cree mucho en este proyecto.
Sí que creo en la filosofía del proyecto. Vitoria, por su orografía, tiene un entorno propicio para focalizar algunas disciplinas, como las relacionadas con el atletismo. Pero seamos realistas: para empezar, si queremos acoger grandes competiciones, y en eso están puestas las miras, necesitamos algo más que el polideportivo de Mendizorroza, que se ha quedado atrás. Hay que construir un verdadero palacio de deportes.
Precisamente es la única cosa concreta del Plan Kronos que se conoce: el palacio de deportes que comenzará a construirse en 2011.
Está claro que, además de aprovechar los recursos que ya existen, necesitamos un palacio de deportes para que acoja distintas competiciones de élite, como de gimnasia rítmica, que aquí tiene un gran arraigo gracias a Almudena Cid.
Por ahora, el proyecto Kronos lo lidera el alcalde y uno de sus asesores, el que ha hecho las gestiones para la construcción del palacio. ¿Cree que deberían subir a su barco a deportistas vitorianos, que los hay y de élite, para dar forma a su iniciativa?
Por supuesto. En el País Vasco, en Álava y aquí en Vitoria, hay deportistas de élite muy preparados para sacar adelante este tipo de proyectos. La pena es que muchas veces se busca la orientación en otras partes. Creo que el Ayuntamiento tiene que aprovechar el conocimiento de deportistas vascos con un gran nivel académico en este ámbito.
En esta estrategia, será fundamental impulsar una potente campaña promocional para dar a conocer Gasteiz como ciudad del deporte. Usted que ha viajado mucho podrá decirme si el nombre de Vitoria suena en el circuito deportivo europeo.
Sí, gracias a que aquí ha habido deportistas muy buenos. Quizá ahora se ha notado un poquito de bajón, aunque ahí sigue el TAU al pie del cañón. Y este equipo supone una gran promoción para Vitoria. De todas formas, creo que hay que tener en cuenta una cosa en esto de la promoción de Kronos. En Bizkaia y Gipuzkoa también se están impulsando proyectos deportivos con inversiones muy fuertes: el centro de alto rendimiento de Tolosa, el Zadura de Getxo... Así que lo interesante, lo lógico, sería unificar todo y configurarlo como proyecto de país, en vez de tratar de impulsar en solitario un proyecto local.
¿La sinergia garantiza el éxito?
Sí. En cualquier caso, insisto en que lo primero que hay que hacer es ver si es posible materializar el proyecto, porque es muy habitual hablar de ellos dando por hecho que se van a poner en marcha y que queden sólo en ideas. No tiene sentido pensar en que vamos a albergar deportes minoritarios o de grupo si no hay material para realizarlo.
Si Vitoria aspira a ser ciudad del deporte, imagino que también deberá serlo del deporte base. ¿Las instituciones lo cuidan bien?
Se cuida en todos los lados, y en Vitoria especialmente. Yo te puedo hablar de la Fundación Ciclista Euskadi. La Diputación ha puesto dinero, y se está logrando relanzar el ciclismo, que se vuelva a oír en Álava tras unos años bajos.
Vitoria cuenta en la actualidad con 252 instalaciones deportivas. ¿Nos debemos enorgullecer de la red que tenemos en la ciudad?
Sí. Recuerdo unas cifras de hace unos años que decían que Vitoria era el segundo club de España, con 70.000 socios. A nivel de calle, el vitoriano está muy bien servido.
¿Recuerda la infraestructura deportiva de Vitoria cuando empezó a darle a la bicicleta?
¡Ha evolucionado mucho desde entonces! Yo me manejaba más por escuelas de ciclismo. Iturribero Gamarra, Alegría... Pero recuerdo que cuando fui creciendo empezó a surgir la red de centros cívicos. Y mira lo lejos que ha llegado.
Haga memoria. ¿Cuándo aprendió a andar en bicicleta?
Empecé a correr con once años, pero creo que a los cuatro ya estaba todo el día encima de la bici.
¿Y aunque haya dejado el ciclismo profesional no se ha despegado de la bicicleta en el día a día?
Así es. Normalmente me desplazo por la ciudad en bicicleta. Vitoria es muy cómoda para pedalear, y yo considero que usar el coche es un absoluto retraso.
Los ciclistas urbanos se quejan de la difícil convivencia con el coche y con el peatón. ¿Usted, tan acostumbrado a la carretera, la sufre?
Hay falta de cultura y de educación, y todos deberíamos hacer un curso para saber qué espacio debe ocupar cada uno: coche, bici y peatón.
La cosa es que todos tienen espacio propio, menos la bici: la red de bidegorris no conecta toda Vitoria.
En eso está ahora el Ayuntamiento, en ampliar la red. Lo que pasa es que se ha hecho todo al revés. Vitoria ofrece grandes posibilidades a la bici por su orografía, pero hizo las calles para los coches y los peatones, y ahora quiere meter las bicicletas, lo que obliga a restar espacio al peatón.
¿Echa en falta una ordenanza que regule la movilidad ciclista?
Educación vial desde las ikastolas.
Pese a los inconvenientes, la bici está cobrando protagonismo: el servicio de préstamo registró un 40% más de usos el año pasado.
La gente se está concienciando de que el uso del coche es un retraso, sobre todo en una ciudad llana.
¿Vitoria puede llegar a ser, si no la ciudad del deporte, la de la bici?
Tal vez con el tiempo. Hace poco estuve en Holanda, donde hay doce millones de bicicletas. Desde niños de tres años hasta abuelos de 80 van sobre dos ruedas, y el respeto es total. No hay enfrentamientos entre el coche, el peatón y el ciclista.
¿Y nadie pone la excusa del frío y la lluvia para dejar la bici en casa?
En Holanda llueve, hace frío, y la gente sigue saliendo en bici a la calle. Tienen otra filosofía. Vitoria podría llegar a eso, a ser una ciudad de la bici, pero es cuestión de años y de que el Ayuntamiento haga un trabajo en todos los sentidos, sobre todo de educación vial.