¿Y este vino cuál es? Aah, pues nunca lo había oído. ¿Y eso de vendimia seleccionada? Aah, qué interesante, pues tres crianzas, tres de año y dos blancos, por favor". Así, formales y preguntones, comenzamos el maratón del vino alavés. Y casi todos lo terminamos así: "Ale, saca ocho vinos". La pregunta del millón dejó de ser sobre la procedencia del vino y pasó a ser sobre la de la copa: "¿Cuál es la mía?". O sobre la de la cepa. No la de la uva, sino la del virus de la gripe, que mutaba de alegría de baba en baba. Pero lo mejor del vino es el ambiente. El Ardo Zaharrean hermanó a los habituales del Casco Viejo con gente de fuera y manadas de txikiteros profesionales que, copa al cuello, tomaron los bares como antaño.
En el Vino Gourmet, los abrigos descansaban en los carritos de los niños, los niños correteaban y un tío con un carrito lleno, pero de pintxos, los esquivaba con pericia, sudando la gota gorda y a toda caña reponiendo los stands. Era el mismísimo gerente de la Plaza de Abastos y la gente comentaba con grato asombro que nunca habían visto a un gerente y ex diputado tan comprometido con un proyecto como para vestirse de faena y currar como el primero.
En el Ardo Zaharrean se escucharon los cánticos de una coral de txikiteros muy vivos, je, je, je? Los hosteleros les habían hecho un pago en especie: tickets a cambio de cantar por los bares. Los de la coral, conscientes de que una buena bodega no lo es sin unos buenos cánticos, conseguían con su do de pecho que los bodegueros les invitaran al vinillo? Y así guardar los tickets para cuando la voz fallara. Todos encantados, como los participantes del Vino Gourmet, a los que la organización puso la comida, visto lo difícil que resultaba en el Ardo Araba, encontrar sitio para comer en los establecimientos cercanos.
Opiniones a favor de "la unión hace la fuerza": Ambos eventos en uno más potente. O a favor de: "divide y ganarás" dos eventos: el de la plaza en invierno y el del Casco Viejo en verano. Es decir: un éxito. Por no hablar de lo que hemos aprendido. Por ejemplo, los polifenoles se beben y lo que se come son los profiteroles; los taninos nada de nada, porque se quedan fuera, tiñendo el morro. En ocasiones aparece decantación del retronasal debido a la conjunción en boca y garganta del calor de los hollejos y un frío que pela en la calle. ¿Y qué me decís de la astringencia? Se nota al día siguiente, justo cuando termina la fermentación alcohólica del estómago y empieza la carbónica en el cerebro? Y por cierto, crisis ¿Qué crisis?
dna.lavistagorda@gmail.com