Vitoria. El PNV será decisivo para determinar si sale adelante, en el Pleno del próximo viernes, la convocatoria de una consulta popular en torno a la estación de autobuses proyectada en Arriaga. Por ello, la plataforma SOS Arriaga le lanzó ayer un guante: "Esperamos que diga que sí a esa iniciativa".

Las posturas en torno a Arriaga han dado un vuelco en los últimos días, después de que se conociera que el proyecto que baraja la ingeniería Trakteplan para la estación de autobuses afectaría al 6,8% del parque. Se trata de una cifra mencionada en una reciente reunión técnica entre representantes del Ayuntamiento de Vitoria, la Diputación alavesa y el Gobierno Vasco y, de hecho, desde el equipo de gobierno local se ha asegurado que el impacto no llegará a esos porcentajes. Sin embargo, este baile de cifras ya ha motivado una advertencia pública del PNV: o se rebaja esta cifra hasta los límites que consideraba admisibles -un 2,97%- o no participará en el acuerdo.

Los votos jeltzales, junto a los socialistas, son los que posibilitan que siga adelante Arriaga. Ambas partes están de acuerdo en que la estación provisional de Los Herrán no puede alargar su vida, pero los nacionalistas consideran que no se puede realizar la estación de Arriaga a cualquier precio. Y, mientras, los grupos de PP, EB y EA presentaron ayer en el Ayuntamiento la petición formal para convocar una consulta popular en torno a Arriaga para que los ciudadanos elijan entre dos opciones: construir la estación "provisional" y en superficie de Arriaga o una soterrada y definitiva sin afección al parque.

Preguntados sobre la posibilidad de que el PNV se sume a esta iniciativa -lo que aseguraría su celebración-, los representantes de los tres grupos consideraron "que esperemos que haya cordura" y que tanto jeltzales como socialistas voten a favor porque "no se puede decir no a la participación de la ciudadanía". Mientras, el portavoz de SOS Arriaga, Ángel Lamelas, mostró ayer su "alegría" por la advertencia realizada por el PNV al equipo de gobierno, una maniobra que entiende como una señal de que los nacionalistas "ven que no se va a cumplir la afección que dice el PSE".