CON cuatro cajas de cartón y dos palitos se construyó, provisionalmente, una estación de buses en Los Herrán. A ciertas horas por la megafonía de esta estación de papel se oyen cosas como: "Autobús con destino a Bernedo va a efectuar su salida. El autobús se encuentra situado en la calle Los Herrán pero al otro lado de la mediana. El autobús es de color blanco." Y no es que el del megáfono esté fumao, es que como no te dé pistas no encuentras el bus.
Vamos, porque a estas alturas de nuestras vitorianas vidas ya no nos tomamos nada en serio, sabemos que aquí para llevar a cabo o desechar un proyecto se necesitan 15 años o más y este largo proceso de incubación y maduración no es garantía de éxito, sino de fermentación. Y es que tras dejarse los cuernos pensando qué necesitamos los vitorianos para ser la repolla mundial (pistas de Fórmula 1, fastuosos auditorios, convertir Dato en invernadero o, quién sabe, un puerto deportivo en la fuente de los patos) resulta que a la mayoría de nosotros (señores políticos, pregunten sin miedo a la gente de la calle) no nos hace falta ser la repolla mundial sino cosas mucho más básicas y más vulgares. Como, por ejemplo, ¡una estación de autobuses normal!
Nadie sabe muy bien cómo, pero se han dado cuenta de nuestra necesidad y ahora les ha entrado una prisa terrible por hacernos una estación. Donde sea, qué más dará hincarle el diente al parque de Arriaga, o poner las dársenas en los arquillos de la Plaza Nueva. Si total es provisional y dentro de unos años haremos la definitiva mucho más molona. Aunque es cierto que en esta ciudad lo provisional dura una pasada. Y es que hables con quien hables sobre el tema de la estación todo el mundo opina lo mismo: que vale ya de chorradas y de tirar el dinero. Que vale ya de oír cosas como que "va a ser provisional pero luego se le dará otro uso". Me troncho: estaríamos buenos si después de gastar 25 millones la dinamitaran. ¿Y no va a ser muy caro reformarla después para darle otro uso? Por cierto, ¿y qué uso es ése? Es que me recuerda a otra estación que quedó provisionalmente vacía a la espera de destino y años después, puf, desapareció para hacer sitio a un edificio que está casi siempre más vacío que la antigua estación… Será que me estoy haciendo mayor y no entiendo: 15 años sin estación y ahora de repente dos, otra provisional y otra definitiva… y además habrá que hacer extravagancias como guarderías, parkings, lugares para la gente mayor… y se necesita mucho dinero y a mí, tal vez por ser de letras, no me cuadran las cuentas.
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